El presidente nacional de ese organismo solicitó que los contratos de construcción de obras se distribuyan de manera equitativa. Pero al hablar del Tren Maya del gobierno federal no hicieron la misma crítica ni el llamado que al ejecutivo estatal o al ayuntamiento
La Asociación Mexicana de la Industria de la Construcción (AMIC) exhortó a la ciudadanía y a la sociedad civil organizada a combatir la corrupción y la simulación de las licitaciones públicas, para terminar con una antiquísima práctica de beneficiar a un grupo de constructores preferidos.
El presidente nacional de la AMIC, Lorenzo García de León Coria, comentó que la sociedad en general sale perjudicada por dádivas, pues las obras se hacen más caras, «el dinero de los contribuyentes se gasta de manera ilegítima y resta capacidad para hacer más obras… debido a que se inflan presupuestos porque se entregan a los grupos preferidos de constructores».
Otras perjudicadas por estas malas prácticas son las micro, pequeñas y medianas empresas (mipymes), quienes no pueden competir porque las licitaciones cuestan de ocho mil a 10 mil pesos más la elaboración del concurso, y algunas constructoras se inscriben a cinco procesos por lo que gastan poco más de $100 mil donde no se gana ninguno.
«¿Qué empresa mipyme aguanta gastar 100 mil pesos cada dos meses y no tenga ninguna respuesta de contratación y recuperación?», cuestionó el ingeniero, quien pidió que se elimine el costo de la inscripción, pues dicho trámite lo elaboran funcionarios que devengan sueldos y no se imprime ni una hoja ni se justifica el cobro del CD.
El truco, afirmó, es inhibir las bases de participación, pues al no cobrar un costo de participación participan más empresas, mientras que cobrar unos $8 mil o $10 mil, es un costo que sólo pueden pagar ciertas empresas que resultan beneficiadas durante la administración en turno.
«Que se haga como en muchos estados, costo cero en la inscripción», propuso. «Hagamos que gane la mejor propuesta, que entren todos los que quieran participar», insistió el entrevistado.
También precisó que no buscan dádivas o que sean los socios de la AMIC o cualquier organización sean los beneficiados. «Pedimos que las licitaciones se abran a una participación democrática e incluyente en donde todos tengamos las posibilidades de participar y, en lo posible, que se distribuyan… Qué le den chance a otras empresas que no tienen trabajo», insistió.
García de León Coria llamó al Ejecutivo Estatal a que las obras que estén a su cargo, que las distribuya de manera más equitativa, democrática e incluyente los contratos con el propósito de acabar con el viejo vicio de cada sexenio en el que se beneficia a un grupo de firmas.
En el caso del empréstito de hasta $350 millones solicitado por el Ayuntamiento de Mérida, el dirigente de los constructores planteó que se hagan pequeñas y medianas obras para que la inversión beneficié a todos los constructores y a los albañiles.
«La industria de la construcción es un excelente vehículo de dispersión económico. Genera empleos directos e indirectos, pero si sólo lo concentras en pocas manos, ese beneficie a pocos», dijo.
Sin embargo, al hablar de las obras como el Tren Maya, de Cuatroté, no hizo la misma crítica ni el llamado que al Ejecutivo Estatal o el Ayuntamiento. Sólo comentó que esté a cargo del Ejército y las mega constructoras.