Los edificios antiguos, como teatros, casonas, terrenos o casas abandonadas, tienen historias que contar, sobre todo en esta época de finados, donde las almas buscan recordar los lugares donde estuvieron en vida.
Teatros que han sido cuna de grandes artistas, pero también de los trabajadores que estuvieron muchos años trabajando ahí y que regresan para ser recordados y se presentan aún después de muertos como los casos que a continuación escucharemos de José Cantillo quien tiene más de 30 años trabajando en teatros: “El primero en fallecer fue Héctor Navarro, en una ocasión fueron unos empleados de lavatap y ellos bajaron a la fosa, al taller, y uno de ellos vio a una persona y le pregunto dónde podía agrarrar agua y una escoba, y le preguntamos qué hacia abajo y dijo que estaba platicando con un señor, le pregunté una cosa, estaba en la puerta de la fosa, nosotros nos asustamos y luego lo llevamos abajo porque ahí teníamos su foto, el muchachito vio la foto quedo blanco, cuando le mostramos la foto y nos dijo que era él, y al día siguiente el muchachito no regresó, renunció, ya no volvió a trabajar”.
El apego a los sitios donde se labora por años, también se puede manifestar como es el caso de “Imelda”, la cual laboró toda su vida en el Peón Contreras: “Pasó en un montaje de la Compañía Nacional de Danza y estamos haciendo un montaje a las tres de la mañana, un muchacho necesita ir al baño y vio una señora barriendo él le preguntó dónde estaban los baños y le dijimos que abajo en el taller, y luego nos dijo hay una señora allá abajo que me mostró los baños, y bajamos a ver y no había nadie, al día siguiente vino el chavo a terminar el montaje y al ver la foto de la persona el chavo se asustó”.
Continuaremos con más historias………………….