El pescador M.C.P., vecino del puerto de Sisal, relató en su muro de Facebook que su tripulación fueron víctimas de un asalto a mano armada, amordazadas y se llevaron las herramientas de trabajo y 70 kilos de la pesca.
–Una lancha, que no alcancé a identificar se nos pegó, y a punta de escopetas nos amenazaron golpearon, amarraron boca abajo, se robaban todo y nos dejaron amarrados, a la suerte con el norte aproximándose –mencionó.
El asalto sucedió el pasado jueves. El botín fue una compresora, pistolas de buceo, aletas de buceo, focos de buceo, celulares, reloj de buceo y un motor 85 caballos de fuerza, “que estaba pagando”.
También se llevaron navegadores, videosonda, radiomarina, tanque de la compresora, filtro de la compresora, la comida como galletas y panes.
El ribereño comentó como se liberó. “Después de que logré soltarme, brinqué a liberar a mis tripulantes, los desaté y pues nos quedamos esperando que amanezca para ubicar que viento hacía.
“Antes que salga el sol, armamos una vela con una bolsa grande que tenía en la lancha. Ya antes me había quedado botado y sabía que a la vela, como los antiguos, podría llegar a tierra. No podía perder tiempo, el norte se acercaba y mi tripulación lo sabía. Gracias a Dios y después de navegar a la deriva por más de 12 horas y solo con la bendición de Dios y la virgen de Guadalupe llegamos a tierra firme, entre El Palmar y Sisal como a unos 15 kilómetros de distancia.
“Sin más que pensar, amarramos bien la lancha a la orilla, cargamos las pocas ropas que nos dejaron y empezamos a caminar rumbo a Sisal, casi toda la noche caminamos solo con la luz de la Luna y con mi gente atrás.
“Después de alrededor de tres horas de caminar, llegué a la bodega de don J.S; le llamé a mi patrón Chuy y reportamos lo sucedido.
“Fue suerte o fue bendición de Dios pero otra vez estamos en tierra, en casa, después de todo lo que pasamos. Lo perdí todo y tendré que empezar de cero… Pero al menos ya estoy en tierra y con la familia”, concluyó.