La Canaco-Servytur Mérida no se opone a la iniciativa promovida por Morena, pero piden un análisis y en caso de aplicarse sea de manera paulatina para cuidar las fuentes de trabajo
La reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas, como está planteada en la Cámara de Diputados, puede ser muy perjudicial especialmente a las micro, pequeñas y medianas empresas, así como a los empleados por iniciativa con fines electorales, opinó el presidente de la Cámara Nacional de Comercio, Servicios y Turismo (Canaco-Servytur) Mérida, Levy Abraham Macari.
“Si se trata de apoyar a la clase trabajadora, el gobierno federal debería proponer una reducción al pago del Impuesto Sobre la Renta (ISR) para que al bolsillo de los ciudadanos llegue más dinero”, comentó el líder empresarial. “No es decir que no, pero vamos a decir cómo sí en el parlamento abierto y, en lo personal necesitaremos más análisis para esto, pues en 10 días no se puede decidir algo que tendrá impacto en la economía nacional”.
-Claramente es una medida electorera –respondió al ser cuestionado sobre el tema. No quiero pensar mal, pero como dice el dicho: “Piensa mal y acertarás”. Me parece que están intentando para poder señalar a los empresarios como los malos en caso de que digamos que no nos parece la manera en la que se está haciendo, cuando los empresarios hemos apoyado los aumentos en las vacaciones y estamos pagando el incremento del salario mínimo, sin que haya un beneficio directo para el empresariado ni en las políticas fiscales para el empresario.
Abraham Macari aceptó que hay una deuda histórica con los trabajadores, pero en caso de aprobarse la iniciativa de la diputada federal morenista Susana Prieto Terrazas debe hacerse un análisis, pues los impactos serán para las micros, pequeñas y medianas empresas. “Las grandes empresas de alguna otra manera van solventar la reducción de horas, aunque costará y habrá un tema inflacionario. Si antes la nómina te costaba 25% menos, por supuesto que habrá un ajuste en la inflación y le perjudicará en el bolsillo de los que menos tienen”, aseveró.
Esta reforma laboral, la tercera en la que va en el sexenio tras el aumento del salario mínimo y el incremento de seis a 12 días de vacaciones, impactará directamente al empleado, quien trabajará menos, pero eso no quiere decir que vaya a ganar más, afirmó.
-Imagínense una empresa que tiene dos empleados, que de repente laborarán, de un solo golpe en 40 horas; el patrón tendrá que trabajar más y despedir a un empleado para cubrir todos los turnos. En vez de un beneficio, alguien perderá su trabajo porque no está fácil suplir una ausencia de ocho horas a la semana –ejemplificó. “Pero, ¿alguien ya les preguntó a los empleados? ¿Ya saben si el empleado quiere ganar menos o quiere ganar más?”, abundó.
El entrevistado consideró que la reducción de la jornada laboral debería aplicarse de manera paulatina. Es decir, que se reduzcan dos horas en los posteriores años hasta que sean las 40 horas a la semana. “Y vemos si el beneficio es palpable, porque no están fácil tomar una decisión así y luego retroceder porque no la gente no quería o no se tuvo impacto esperado”, mencionó.