El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, pidió el martes a su gobierno que «agilice» la naturalización de unos nueve millones de migrantes, dentro de una política migratoria más inclusiva, tras la línea dura mantenida por su predecesor Donald Trump.
La iniciativa está incluida en uno de los tres decretos que el mandatario demócrata firmará este martes por la tarde para revertir medidas de la anterior administración republicana que considera «divisivas», «crueles» y contrarias a la esencia misma de Estados Unidos, dijeron altos funcionarios gubernamentales.
«La estrategia del presidente Biden se centra en la premisa básica de que nuestro país es más seguro, más fuerte y más próspero con un sistema de inmigración sano, ordenado y humano», explicó uno de los responsables en diálogo con periodistas.
Según estas fuentes, la orden ejecutiva para «restaurar la fe» en el sistema de inmigración legal pedirá a los departamentos de Estado, Justicia y Seguridad Interior «una revisión del proceso de naturalización para agilizarlo y hacerlo más accesible a los más de nueve millones de inmigrantes que actualmente son aptos» para solicitar la ciudadanía.
Biden también solicitará que se revise la llamada «regla de carga pública» creada en agosto de 2019 por el gobierno de Trump para denegar la tarjeta de residencia permanente («green card»), o la ciudadanía, a quienes reciben algún tipo de asistencia social.
«Básicamente, estableció una prueba de riqueza para los inmigrantes», aseguró uno de los altos funcionarios.
Otro de los decretos apuntará a cumplir una de las promesas de campaña de Biden: reunir a las familias de migrantes separadas por la política de «tolerancia cero» instaurada por Trump en 2018 en la frontera con México, que afectó mayoritariamente a centroamericanos.
«Prioridad»: reunir a padres e hijos
«Fue un fracaso moral y una vergüenza nacional que el gobierno anterior usara la separación familiar como un arma contra familias y niños desesperados», dijo uno de los responsables, subrayando que este tema de las reunificaciones familiares es «prioridad máxima» para Biden.
Un grupo de trabajo buscará identificar a los cientos de menores que aún hoy permanecen apartados de sus padres – al menos unos 600 según demandas judiciales presentadas el año pasado – y propondrá soluciones para el reencuentro, dijeron los altos funcionarios, sin especificar si esto podría incluir el regreso a territorio estadounidense de los adultos deportados.
Se hará «una evaluación individual de los factores para cada familia», señalaron.
Biden prevé firmar también una orden ejecutiva para atender las razones que impulsan la migración irregular a Estados Unidos.
«El presidente Trump estaba tan concentrado en el muro (con México) que no hizo nada para abordar la causa fundamental de por qué la gente llega a nuestra frontera sur», dijo otro de los funcionarios.
«El presidente Trump estaba tan concentrado en el muro (con México) que no hizo nada para abordar la causa fundamental de por qué la gente llega a nuestra frontera sur», dijo otro de los funcionarios.
«Lo que queda claro después de los últimos cuatro años es que el caos, la crueldad y confusión no mejoran la seguridad», añadió.
Desde enero de 2019, cuando se empezó a implementar, hasta diciembre de 2020, al menos 70.000 personas habían sido devueltas a México bajo los MPP, según datos de la ONG American Immigration Council.
¿Un inmigrante latino en el DHS?
El cumplimiento de estos decretos competerá en gran parte al Departamento de Seguridad Interior (DHS). Para encabezarlo, Biden propuso a Alejandro Mayorkas, un abogado nacido en Cuba en 1959 y llegado de muy pequeño a Estados Unidos con su familia.
El Senado debe pronunciarse este martes por la tarde sobre esta designación.
De ser confirmado en el cargo, Mayorkas se convertirá en el primer latino y el primer inmigrante en liderar esa cartera, de la que fue subsecretario entre 2013 y 2016 tras dirigir los Servicios de Ciudadanía e Inmigración (USCIS) desde 2009.
En uno de sus primeros actos de gobierno el 20 de enero, Biden envió al Congreso un proyecto de ley para legalizar a unos 11 millones de extranjeros sin papeles que residen en Estados Unidos, más de la mitad de ellos mexicanos y centroamericanos. Esta ambiciosa reforma migratoria debe superar sin embargo la reticencia de muchos republicanos.
El mismo día en que asumió, el presidente demócrata firmó varias órdenes ejecutivas con las que, entre otras medidas, frenó la construcción del muro fronterizo con México – buque insigne de la política antiinmigración de Trump- y preservó el programa DACA. Esta iniciativa está destinada a proteger de la deportación a cientos de miles de jóvenes traídos al país indocumentados cuando eran niños. Fue establecida por el expresidente Barack Obama y Trump quiso desmantelarla.