A pocos días de la temporada fuerte de fieles difuntos, panaderías de la ciudad ya ofrecen mayor variedad sobre los panes de muerto, en espera de la compra adelantada de los yucatecos, desde panes infantiles hasta los rellenos de filadelfia, chocolate y nutella.
Estos panes se cotizan desde los 78 pesos en algunas cadenas de autoservicio, hasta 300 pesos, dependiendo del tamaño, e incluso hay precios más caros si se trata de materiales especiales como relleno de queso o de chocolate. También se ofertan en diferentes presentaciones y tamaños e incluso en paquetes de 10 piezas chicas que en algunas partes cuestan de 60 a 80 pesos.
De acuerdo con empleados de algunas panaderías del centro de la capital yucateca, desde prinicipios de octubre las ventas han experimentado un constante aumento y se espera que alcancen su punto máximo durante la última semana de octubre y el 1 y 2 de noviembre.
En los supermercados desde semanas atrás comenzaron a ofertar el pan de muerto empaquetado, por lo que hay producto para todos los gustos. Los panaderos locales dicen que este pan tradicional se clasifica según la calidad de los insumos, por lo que no se puede abaratar, ya que los incrementos al gas y las harinas han ido a la par este año.
«Este mes es propicio para el pan de muerto, todos desean tenerlo, incluso si no tienen altares. Es una tradición muy arraigada y, además, solo se encuentra a la venta en este período. La demanda es alta, ya que no volveremos a ofrecerlo durante el resto del año, a menos que alguien lo solicite por encargo», explicó Edgardo Meza, un trabajador de una panadería reconocida en el centro de la ciudad.
Los panaderos señalan que es una costumbre llevar pan de muerto a las oficinas y muchos restaurantes lo incluyen en sus menús de postres, lo que genera una mayor producción y una necesidad de prepararse con anticipación.
«Los restaurantes, en particular, realizan pedidos a gran escala, ya sea de la receta tradicional o de variedades rellenas. Esto genera mucho trabajo, además de las ventas diarias. El punto álgido es la última semana de octubre, cuando todos empiezan con los concursos de altares o visitas al cementerio. El 1 y 2 de noviembre son aún más ocupados, ya que las familias se reúnen después de visitar los panteones», agregó Meza.
Según los reportes de los panaderos, las ventas incrementan de hasta un 20% por el Día de Muertos, aunque se espera que este año, las ganancias puedan ser mayores, debido a que ya no hay restricciones que limiten las reuniones familiares.
De hecho, se espera que la venta de pan y el horneado de los pibes, empiece en los próximos días, de cara a la etapa más importante de toda la temporada.
“Va a ser como una venta escalonada porque los días festivos, 30, 31 y primero, caen entre semana y ahorita la mayoría de las empresas ya no lo toman como inhábil”, explicó.