Los efectos por estar largos períodos confinados en casa para evitar la propagación del Covid-19 son diversos desde físicos como el cansancio y fatiga, cambios en los patrones de alimentación, aumento de peso por la inactividad, sensación de lentitud física y mental y cambio del ciclo de sueño
También, se registran efectos emocionales como el hastío y aburrimiento, desánimo para realizar actividades comunes, irritabilidad y enojo, alertas ante signos físicos de la posibilidad de contagiarse, sensación de no estar realizando algo productivo, impresión de injusticia, tristeza por no poder realizar las actividades deseadas.
Las consecuencias emocionales podrían ocasionar complicaciones en las relaciones familiares cercanas, disminución de la tolerancia hacia los demás, el incremento de los periodos de descanso, llegando a pasar poco tiempo despierto, aumento del consumo de sustancias, riesgo de violencia con la pareja, entre hermanas/os, adultos mayores o hacia los animales
“La convivencia por períodos prolongados con personas con los que en tiempos normales se convive poco, hace descubrirnos a nosotros mismos y a los demás”, manifestó la Tanatóloga Reyna Gómora Muñoz.
La ansiedad y la depresión, que se tenía ante de la cuarentena, se refuerza con el aislamiento social y la convivencia con el esposo, hijos u otros familiares, lo que nos hace reaprender como somos nosotros mismos y los demás, abundó.
Así, agregó, se descubren facetas personales desconocidas, por eso, es necesario tener el acompañamiento de profesionales en estos tiempos, para sobrellevar la cuarentena.
Diversos profesionales de la salud emocional proporcionan sus servicios, online o por medio de redes sociales, para ayudar a las personas a sobrellevar el confinamiento en sus casas.
Algunas estrategias para afrontar la sana distancia y pasar tiempo en casa son: recordar que esta situación es temporal. Reconocer que mantenernos el mayor tiempo posible en casa es un bien para los otros y para uno mismo.
Se debe diseñar y mantener una rutina que ayude a tener cierta sensación de normalidad y control; mantener horarios de comida y sueño regulares. No mantenerse demasiado tiempo frente a la televisión.
Mantenerse ocupado, buscar actividades manuales que distraigan como tareas, lecturas, rompecabezas, ejercicio, bailar, etc. También, es necesario mantenerse informado pasa saber cómo actuar, pero evitar la sobreinformación. No hacer caso a rumores o notas de fuentes dudosas.
Se debe utilizar la tecnología para tener contacto con los familiares y si es posible para seguir con actividades laborales y las académicas.