Al conocer el grado de riesgo cardiovascular de forma oportuna y llevar un estilo de vida saludable, el 90% de los infartos al corazón o al cerebro podrían evitarse. Se estima que más del 70% de la población adulta en el país vive con, al menos, un factor de riesgo cardiovascular; sin embargo, la gran mayoría no lo sabe.
Es importante que la gente conozca su riesgo cardiovascular, para que haga cambios en su estilo de vida y obtengan asesoría con un profesional de la salud para obtener un tratamiento según sus necesidades, dijo el Dr. Luis Alcocer Díaz Barreiro.
En 2010, las enfermedades cardiovasculares fueron catalogadas como una de las mayores amenazas para la salud pública y con la pandemia, es más urgente diagnosticarlas a tiempo para evitar su progresión y atenderlas de forma adecuada en quienes las padecen, abundó el especialista.
Explicó que la infección por cualquier virus, incluyendo el COVID-19, impacta a las personas que viven con padecimientos como diabetes mellitus tipo 2, hipertensión arterial e insuficiencia cardiaca porque son más vulnerables y tienen mayor riesgo de complicaciones asociadas. El virus puede producir infección e inflamación del corazón y quienes tienen una afección en ese músculo empeorará su funcionamiento y el pronóstico de recuperación será limitado.
El Dr. Alcocer explicó que el riesgo cardiovascular se refiere a la probabilidad de que un individuo sufra un evento cardiaco como infarto al corazón o cerebro en un periodo determinado, dependiendo de sus características biológicas como sexo, edad, antecedentes familiares y factores de riesgo por sedentarismo, consumo de alcohol, tabaco, sobrepeso, aumento en colesterol e hipertensión.
La forma más adecuada para determinar el riesgo cardiovascular es por medio de la historia clínica y diagnóstico que proporcionen un indicador a mediano y largo plazo. Con el tránsito a la nueva normalidad, es un excelente momento para que las personas consulten a su médico para que sepan si su corazón está o no en riesgo”, agregó el cardiólogo.
Para mejorar la salud en la pandemia es necesario seguir las medidas indicadas por la Secretaría de Salud como: realizar ejercicio de forma frecuente, para evitar el sedentarismo que es la principal causa del 30% de las cardiopatías isquémicas; vigilar y controlar los niveles de colesterol con dieta balanceada que incluya el consumo diario de frutas y verduras.
Vigilar el peso y perímetro abdominal, pues la grasa concentrada en el abdomen favorece el desarrollo de diabetes tipo 2 y complicaciones cardiovasculares. Además, quienes viven con obesidad tienen altas posibilidades de acumular grasa también en órganos vitales, de modo, que lo ideal es que el perímetro abdominal no supere los 80 centímetros en la mujer y los 90 en el hombre.
Evitar en lo posible la sal y los alimentos que la contienen en exceso, restringir el consumo de grasas saturadas y grasas trans, así como el consumo de tabaco y alcohol. Además, quienes tienen factor de riesgo cardiovascular como diabetes tipo 2, hipertensión arterial deben tomar a tiempo los medicamentos indicados por su médico, evitar la automedicación y no modificar el tratamiento, porque es vital para controlar la enfermedad y mejorar su salud y calidad de vida.