Vivir una convulsión es impactante no solo para el paciente sino para quienes forman parte de su entorno, sobre todo, si no tienen conocimiento de la epilepsia.
En la mayoría de las convulsiones las acciones para mantener seguro al paciente dependen de quienes están a su lado. Cuando una persona convulsiona, se debe priorizar la protección de la cabeza, dijo el Neurólogo Juan Carlos García Beristain.
“Es ideal colocar al paciente en la posición más cómoda posible y priorizar la protección de la cabeza. Lo ideal es colocar a la persona de lado para permitir que expulse saliva de forma adecuada y evitar atragantamiento”, abundó. No se recomienda colocar ningún objeto dentro o fuera de la boca porque puede resultar contraproducente y ocasionar lesiones.
La epilepsia afecta a personas de cualquier edad, aunque la mayor prevalencia es en la infancia y en la adolescencia, cuando se registra el 75% de los casos.
Sin embargo, con un tratamiento farmacológico adecuado 7 de cada 10 personas con la enfermedad vivirían sin convulsiones. Los casos restantes continúan con episodios pese al uso de dos o más medicamentos anticonvulsivos, lo que se conoce como epilepsia refractaria.
La epilepsia es una de las enfermedades neurológicas con mayor prevalencia, una característica es la convulsión, que se desencadena por descargas neuronales excesivas en algunos sitios del cerebro. El tipo de crisis epiléptica depende de la parte del cerebro afectada.
El especialista consideró que es de mucha ayuda tomar el tiempo que dura el episodio, es decir, cronometrar desde que inició la convulsión hasta que termina y de ser posible tomar un video porque tener grabada la crisis ayudará al momento para que el doctor realice un diagnóstico en caso de que no lo tenga.
Pasada la crisis, es normal que quienes sufrieron el episodio deseen dormir o descansar, pues es el mecanismo del sistema nervioso para recuperarse después de la gran actividad neuronal y muscular.
Una alternativa que complementa el tratamiento farmacológico para pacientes con epilepsia refractaria es la dieta cetogénica clásica, porque según estudios logrado disminuir las convulsiones en más del 50%, incluso, en algunas ocasiones la eliminan por completo.
El régimen alimenticio consiste en el consumo elevado de grasas, bajo en carbohidratos y normal en proteínas, debe ser personalizado y vigilado estrictamente por el neurólogo y el nutriólogo en conjunto. Es fundamental llevar el tratamiento adecuado a cada paciente, porque no hay cura para la epilepsia, los episodios convulsivos pueden ser controlados en intensidad y frecuencia, mejorando la calidad de vida del paciente, de su familia y su entorno.