En octubre inicia la temporada de influenza estacional, pero este año el virus convivirá con el COVID-19, así a la convivencia de ambos fue denominada por los especialistas como sindemia, que significa la coexistencia de dos o más problemas que afectan la salud de la población en el contexto social y económico.
Ambos padecimientos tienen una sintomatología similar y es posible que haya una segunda ola de contagios por COVID-19. Los síntomas que comparten son: fiebre, tos, dolor de garganta, congestión o escurrimiento nasal, dolor de cabeza, dificultad o presión al respirar, dolor muscular, cansancio o fatiga y algunas personas llegan a presentar diarrea y/o vómito. Uno de los síntomas clave que distingue al SARS-CoV-2 de la influenza, es la pérdida de olfato y/o sentido del gusto por varias semanas.
En caso de llegar a presentar cualquiera de esos síntomas, es importante acudir al doctor para recibir un diagnóstico y tratamiento oportuno, mencionó el Dr. Miguel Ángel Arreola.
La Organización Mundial de la Salud recomienda el uso de Oseltamivir como tratamiento para el virus de influenza, en las primeras 48 horas a partir de que se registren los síntomas. El medicamento ayuda a disminuir la necesidad de hospitalización y acorta la estancia hospitalaria.
“Este año la salud es prioridad de todos, por eso, los laboratorios farmacéuticos trabajan para asegurar la disponibilidad de Oseltamivir, el tratamiento para influenza en México que, además, cuenta con una presentación pediátrica, para no excluir a ningún miembro de la familia y que todos puedan tener un tratamiento adecuado, expresó el Dr. Miguel Ángel Arreola.
Se recomienda a la población seguir las medidas de prevención sanitaria como estornudo y tos en el ángulo interno del brazo, uso de cubrebocas en espacios públicos, lavado de manos y el distanciamiento social, para mitigar el impacto que los dos virus ocasionarían.