Sucede cada Viernes Santo en la noche. Un grupo de 12 hombres, con los ojos cubiertos con un paliacate rojo, descubiertos del torso, los pantalones de mezclillas doblados hasta las rodillas, descalzos y amarrados del antebrazo y los tobillos los unos a los otros es como comienza la procesión del Cuch Cruz, es decir, cargar la cruz en maya.
Andy Interián, director de Turismo de Maní, comentó que la actividad se realiza desde muchísimos años atrás y es un sincretismo maya y español en la que participan hombres adultos, que llevan en sus hombros una pesada y gran cruz, así como niños y adolescentes, que cargan otra cruz pequeña, para recorrer los alrededores del ex convento San Miguel Arcángel.
“Esto es uno de los procesos más dolorosos de la comunidad; pues previo a los autos de fe de Fray Diego de Landa, se realizó una procesión similar al Cuch Cruz, donde los mayas culpables iban sanbenitados. Actualmente, es una de las tradiciones en donde participa la mitad de población, que es católica”, relató.
Esta procesión es acompañada por el Santo Sepulcro y la Virgen de la Dolorosa. “Los custodios, encargados de la organización de las actividades de Semana Santa, cargarán el Santo Sepulcro en Viernes Santo”, dijo.
Las mujeres también forman parte de la tradición mediante bordados y elementos discretos en colores negros, rojo, azul oscuro. “Vienen vestidas en hipil discretos para expresar su respeto por las actividades de Semana Santa”, señaló.