En punto de las 11 de la mañana en diferentes escuelas, dependencias y centros de investigación de la capital yucateca se sumaron al mega Simulacro Nacional 2023, con el fin de generar consciencia entre los trabajadores sobre las acciones a seguir en caso de fenómenos de gran magnitud.
Antes de las 11, se activó la alerta en las instalaciones del Incay por un “incendio” en el taller mecánico derivado de una mala maniobra de un trabajador que derramó gasolina sobre un motor caliente. De inmediato el personal de la Unidad Interna de Protección Civil puso en marcha los protocolos de emergencia establecidos.
De esta manera se procedió de manera simultánea al desalojo de 184 trabajadores, seis visitantes y una persona con discapacidad fonética y auditiva, que fue apoyado por sus compañeros. La brigada de primeros auxilios se avocó a atender a tres personas “heridas”, dos quemados de tórax y cara y otra con fractura expuesta de tibia y peroné izquierdo, que fueron traslados al punto de primeros auxilios por la brigada de búsqueda y salvamento.
Natalia Sosa, pasante de nutrición que se encontraba en ese momento en el Centro de Investigación Científica de Yucatán (CICY) reveló cómo fue tu travesía, un tanto desconocida sobre la participación en un simulacro de dicha magnitud. “La encargada de
la brigada nos dijo que mantengamos la calma y que lo siguieramos a la ruta de evacuación más cercana, y nos formaron en filas de 10 personas al llegar al estacionamiento”, contó.
Indicó que es la primera vez que participa en algo así y que al estar fuera del edificio les dieron la retroalimentación de todo lo “bueno o malo” que hicieron y que no, durante el simulacro.
“Nos dijeron que nos falto llevar con nosotros nuestras pertenencias. Se me hizo algo chistoso porque uno nada más va siguiendo indicaciones sin pensar en nada”, agregó.