En el marco del lanzamiento del programa municipal de apoyo a la salud, el Ayuntamiento de Mérida resaltó la distribución de nebulizadores de uso general como parte de sus medidas para abordar el aumento de enfermedades respiratorias durante la temporada de frío. Sin embargo, también hizo hincapié en la entrega de glucómetros como una estrategia crucial para enfrentar otra crisis de salud pública que aqueja a la población y devora los recursos: la diabetes.
Ildefonso Machado Domínguez, director de Salud y Bienestar del Ayuntamiento de Mérida, confirmó que la diabetes es uno de los principales problemas de salud entre los habitantes de la capital del estado. Esta afirmación respalda las estadísticas nacionales que sitúan a Yucatán como el estado con la mayor prevalencia de diabetes en el país.
“Hemos observado un aumento en el número de casos de diabetes. En el ámbito de la salud municipal, llevamos a cabo campañas de prevención y brindamos apoyo a los pacientes diagnosticados y tratados proporcionándoles herramientas de autocontrol como los glucómetros”, señaló Machado Domínguez. “La cifra es preocupante; aproximadamente el 12 por ciento de la población está afectada”.
La gravedad de la situación ha llevado a que los especialistas consideren la diabetes como una epidemia en Yucatán, siendo Mérida el epicentro de mayor concentración demográfica y, por ende, con el mayor porcentaje de diabéticos.
El director de salud municipal enfatizó la necesidad de que los pacientes desempeñen un papel activo en el control de su enfermedad, destacando la importancia de distribuir glucómetros y brindar capacitación sobre su uso adecuado.
Por su parte, el epidemiólogo Rudy Coronado lamentó que la alta incidencia de la diabetes esté agotando los recursos destinados a la salud pública. Esta enfermedad crónica degenerativa conlleva una serie de problemas, como la hipertensión, enfermedades cardíacas, afecciones renales, problemas visuales y pérdida de movilidad.
“La diabetes es la principal epidemia en Yucatán, y es imperativo concienciar a la población, especialmente a aquellos que no educan a sus hijos sobre las consecuencias del consumo de alimentos ultraprocesados y el exceso de consumo de refrescos”, comentó el epidemiólogo.