Dormir bien ayuda a disminuir la fatiga y el síndrome de fatiga crónica en pacientes supervivientes a la infección por COVID-19, manifestó el Dr. Sergio Zúñiga Sánchez.
El cansancio o agotamiento, en particular en el paciente que fue víctima de COVID, que superó la enfermedad, se puede observar cómo esa fatiga que puede progresar a una circunstancia más compleja que no solo es cansancio, también, se suman otros síntomas.
El síndrome de fatiga crónica consiste en que el paciente tiene sueño, dolor muscular y articular, son circunstancias constantes que se presentan en el paciente post Covid, luego de dos meses.
Ese síntoma es una consecuencia esperada de los pacientes que tuvieron COVID, para lo cual, no hay muchos medicamentos. El síntoma más marcado en un paciente post COVID es la fatiga con 53.1%; dificultad para respirar 43.4%, es decir, el paciente habla y se cansa, se abrocha las agujetas y toma tiempo recuperarse, sube escalones y se cansa, explicó el galeno.
En los pacientes post COVID 19 que padecen dificultad para respirar puede tardar meses para que desaparezca el síntoma. Su cura puede ser en uno, dos o tres meses, depende cómo sea su lesión pulmonar.
Después de la fatiga y la dificultad para respirar siguen en orden de frecuencia el dolor articular en 27% de los casos; el cuarto síntoma es dolor de pecho o torácico con 21.7%. Además, se puede registrar tos, rinitis, escurrimiento nasal, conjuntivitis.
También, se puede presentar dolor de cabeza, producción de flema, disminución de apetito, persistir el dolor de garganta al pasar los alimentos o líquidos, incluso, presentar vértigo o mareo, dolores musculares y diarrea.
Un paciente que se recuperó de COVID debe llevar un proceso de rehabilitación respiratoria, física y apoyo psicológico para sobrellevar las secuelas, por eso, hay que seguir atendiéndolos y apoyándolos, dijo el Dr. Zúñiga Sánchez.
La fatiga post infecciosa en algunos pacientes recuperados de COVID-19 duró más de dos semanas, 91% no se recuperaron después de los 40 días de presentar esos síntomas; el 70% desarrolló nuevos síntomas en diferentes etapas de la enfermedad, entre ellos, la fatiga y dolor muscular. Esos hallazgos refuerzan el argumento de que una parte de los sobrevivientes experimentará una variedad de complicaciones de salud a largo plazo.
Se recomienda a pacientes post COVID-19 con Síndrome de Fatiga Crónica regular el ciclo de sueño, dormir bien, corregir malos hábitos y si se debe considerar el uso de psicoterapia y fármacos. “El dormir bien es la primera herramienta que tenemos para disminuir el síndrome de fatiga crónica”, abundó. Otras sugerencias para una buena noche de sueño son: dejar de usar el celular o ver televisión al menos una hora antes de acostarse a dormir, apagar la luz de la recámara, procurar tener una temperatura templada, tratar de eliminar los ruidos intermitentes, evitar del todo fumar.