El educador tiene la utopía que todos los alumnos y las alumnas que ingresan a la Uabic egresen; “mis estudiantes son tan soñadores y visionarios como los que se encuentran en otras preparatorias de Mérida”, afirmó
El doctor Jorge Carlos Guillermo Herrera asumió la coordinación general de la Unidad Académica de Bachillerato con Interacción Comunitaria (Uabic), de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), con varios propósitos, algunos de ellos son brindarles las palancas a los alumnos y alumnas para que cambiar su presente y generar las condiciones de piso parejo.
La educación es la mejor herramienta para garantizarles un desarrollo sostenible a las juventudes, afirmó. “El hecho que un estudiante provenga de una familia de escasos recursos, a veces donde falta papá o mamá, sólo se tiene un ingreso familiar, pone en riesgo la educación de todos miembros de la familia y llegar a la educación superior en nuestro país todavía sigue siendo un espacio al que todos pueden llegar por diferentes razones”.
La Unidad Académica tiene por propósito facilitar que esos jóvenes ingresen a la educación media, se formen adecuadamente subsanando deficiencias, que por sus razones económicas tienen en matemáticas, ciencias, tecnologías, idioma inglés, comentó.
“Nosotros hacemos un esfuerzo extraordinario por subsanar esas deficiencias y ponerles en el mismo lugar de competencia, por ejemplo, alumnos de la Prepa Uno o Dos, que tienen otra naturaleza socio-económica. Aquí a los alumnos se les dan en sobremanera estrategias personalizadas y específicas para subsanar esas deficiencias y ponerles el piso parejo”, explicó.
Con respecto al “apalancamiento”, el también docente mencionó que ese término se utiliza mucho en el sector educativo y hace referencia a las medidas extraordinarias que se tienen que proveer a determinados grupos para ponerlos en las mismas condiciones de oportunidad que otros.
“Creo que los y las estudiantes de la Unidad son tan soñadores como los que se encuentran en otras preparatorias; tan visionarios como cualquier otro alumno de Mérida, pero les hacen falta esos facilitadores su tránsito e inserción a la educación superior, que en otro esquema de bachillerato no lo tendrían”, afirmó.
Un ejemplo de facilitadores es el seguimiento muy puntual a su trayectoria académica mediante las tutorías, comentó. “Los y las tutores no esperan que el alumno repruebe la materia, sino durante el semestre, mediante reuniones de trabajo, identifican factores de riesgo como académica, familiares o de salud para recibir un acompañamiento para aprobar la materia, retenerlo y garantizar su egreso.
“Nuestro sueño como educadores, es el que el grupo que ingresa, todos sus integrantes egresen. Es una utopía porque siempre habrá estudiantes que no lograrán hacerlo en tiempo y forma, pero todos los esfuerzos de la academia deben estar encaminados para mejorar la trayectoria escolar, para que haya cantidad de deserción y la mayor cantidad de egreso oportuno”, expresó.
“Al estar insertos en el Sur de Mérida, que tiene características propias, hay grandes brechas de desarrollo en comparación con las otras zonas de la ciudad. Los alumnos llegan a las aulas con factores sociales como dificultades económicas, provenir de familias que enfrentan problemas sociales cuando el símbolo de la pobreza está frente de ellos. La Uabic tiene la intención de ser un cambio positivo para los estudiantes y la comunidad”, reconoció el entrevistado.
A diferencias de la Prepa Uno y Prepa Dos, la Unidad y sus coordinadores han luchado para quitarse el pseudónimo de Prepa Tres, como socialmente se refieran a esa institución educativa. “Más allá del nombre, la sociedad si comprende el elemento diferenciador entre las preparatorias Uno y Dos y nosotros como Unidad con interacción comunitaria”, precisó.
Mientras la Uno y Dos ofrecen bachillerato general. “Ellos tienen un modelo diferente con objetivos específicos en su programa educativo, mientras en el nuestro, dentro del mapa curricular, se encuentran las actividades comunitarias, es decir, no es algo opcional para los estudiantes, o un voluntariado, es la columna vertebral de nuestro bachillerato”, dijo.