Después de recibir la aprobación local para comenzar a operar en 2021, el primer grupo de 100 mil mosquitos modificados genéticamente serán puestos en libertad en el Condado de Monroe, ubicado la zona de Los Cayos de Florida, un área de archipiélagos y pantanos a 24 kilómetros de Miami, al sureste de los Estados Unidos.
La iniciativa consiste en la liberación de distintos lotes para alcanzar un total de 750 millones de mosquitos macho diseñados por la empresa británica Oxitec, que tendrán como principal función aparearse con las hembras de Aedes aegypti, con la intención de reducir el número de insectos de esta especie y con ello, disminuir las enfermedades asociadas a ella.
Para lograrlo, a estos mosquitos se les añadió genéticamente una proteína que provoca daños irreversibles en las crías hembras y las conduce a la muerte antes de que alcancen la madurez necesaria para comenzar a picar.
Aedes aegypti es la especie de mosquito considerada el principal vector de enfermedades como el zika, el chikungunya y el dengue por la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Debido a que los seres humanos se contagian de estas enfermedades a partir de las picaduras de mosquitos hembra infectados (los machos no pican, pues se alimentan de néctares y excremento), se considera que controlar la población de Aedes aegypti hembras es efectivo para disminuir la transmisión de estas infecciones.
También conocido como el mosquito de la fiebre amarilla, este artrópodo habita en los trópicos de todo el globo y su tiempo de vida se extiende de dos semanas a un mes.
Se estima que las mosquitos hembra pueden poner hasta mil huevos a lo largo de su vida, de ahí que limitar el número de nuevos ejemplares sea considerado una alternativa para frenar los nuevos brotes de zika, chikungunya, fiebre amarilla y dengue en el mundo.
Los mosquitos genéticamente modificados conocidos con el código OX5034, fueron aprobados en junio de 2020 por la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos; sin embargo, el proyecto se había mantenido en vilo desde hace más de una década, debido a la presión de los opositores encabezados por grupos ecologistas y vecinos que consideran a los mosquitos modificados genéticamente un riesgo para el equilibrio del ecosistema.
A pesar de que Oxitec asegura que en pruebas de campo realizadas previamente en Brasil y Panamá se comprobó que la medida es efectiva (puede reducir la presencia del mosquito hasta en un 95 %) y segura, los grupos llamaron a reconsiderar la aprobación local de esta iniciativa por el temor a que después de su introducción, estos mosquitos produzcan un híbrido resistente a insecticidas y de características desconocidas, además de afectar la cadena alimenticia de la que dependen otros animales en la región.