Este 24 de diciembre se festeja Nochebuena y el 25 de diciembre es Navidad, por lo que una tradición es acostar al Niño Dios en el Nacimiento. Esta ceremonia se realiza en familia y es uno de los momentos más emotivos de la Navidad porque representa la llegada del Niño Jesús a los hogares, debe realizarse antes de la medianoche del 24 de diciembre o el 25 temprano, cuando esté reunida la familia en torno al pesebre o Nacimiento, por lo que el Padre Jorge Martínez Ruz de la Pastoral de Comunicación de la Arquidiócesis de Yucatán invitó a las familias yucatecas a no olvidar este tradicional arrullo: “Los invitamos a que en familia realicen el llamado arrullo del niño Dios, eso se puede hacer en casa con la propia familia nuclear y consiste en acostar al niño en el pesebre después posiblemente de la misa de Navidad sea que hayan participado presencialmente o virtualmente y también antes de la cena de Navidad o después de esta, teniéndola en familia nuclear recordando no hacer una gran fiesta sino algo sencillo”.
Realizar este arrullo es fácil, dijo el Padre Jorge, donde se le puede hacer peticiones al niño Dios sobre todo en esta época de pandemia e invitó que solo una persona lo toque para evitar contagios por el coronavirus: “Es muy fácil acostar al niño en el pesebre, el más pequeño de la casa puede tomarlo en sus manos y entre todos hacer una oración, hacer peticiones al niño Dios, leer el evangelio de San Lucas dónde viene el pasaje del nacimiento de Jesús directamente de La Biblia o también consultar en internet alguno de tantos subsidios o textos que hay para acostar al niño recordando ser muy precavido y de preferencia que solo una persona lo tome consigo, para evitar cualquier posible contagio, recostar al niño en el pesebre, cantar algún villancico y sobre todo la oración en familia es importante, más allá de lo que podamos decir, orar juntos le da mucho significado a la familia especialmente en este tiempo de pandemia”. Cada año, el Niño Dios de la casa se lleva a una misa el 2 de febrero para ser bendecido. Después de la misa, la familia regresa a casa a celebrar, típicamente con tamales, atole y chocolate caliente. La tradición remarca que 40 días después del nacimiento de Jesús, María y José llevaron al niño al Templo a presentarlo a los sacerdotes.
Para presentar al Niño Dios en misa, dicta la tradición que la figura debe llevar un nuevo vestuario. Estos vestuarios pueden variar ampliamente, pero la mayoría son las populares. Para aquellos que siguen el compromiso 3 veces al año, la imagen es vestida de blanco para la primera vez en el año, simbolizando pureza.