Las bancadas de Morena y PRI destacan que la norma es perfectible en algunos temas
Los integrantes del Cabildo de Mérida aprobaron por unanimidad el Reglamento para la Protección a la Fauna en el municipio de Mérida, que complementa los cuidados animales, así como la prevención y sanciones del maltrato.
El reglamento se elaboró desde la administración pasada en diferentes mesas de trabajo, por lo que presenta nuevos términos como el trato humanitario y bienestar animal, y las nuevas figuras del guardaparque y la Unidad de Desarrollo Sustentable, la transformación del Centro de Control Animal (Cemca) por Centro de Atención Animal para generar la conciencia de la ciudadanía para el cuidado y bienestar de la fauna.
La reforma integró la figura y responsabilidad del guardaparque, funcionario municipal que vigila y generará la conciencia del respeto de las especies y «le genera a la autoridad ojos y oídos en los espacios públicos para garantizar la seguridad de todas y todos», expuso al edil panista Paulina Peniche Rodríguez.
El morenista Fernando Alcocer Ávila mencionó que, en el reglamento, aprobado el pasado 25 de agosto en comisiones, hay artículos que son prácticamente son imposibles de aplicarlos.
«Si estamos a favor de que se apruebe, pero propongo que en comisión se dé una revisada urgente porque hay muchas indefiniciones para tener instrumentos modernos, innovadores, pero que sean claros, específicos y puntuales. Necesitamos una revisión para darle el respeto que se merece y la fortaleza del Ayuntamiento en su trabajo», exhortó.
La regidora Ana Gabriela Aguilar Ruiz, coordinadora de la bancada priista en el Cabildo, coincidió con el morenista Alcocer Ávila de que «toda ley, reglamento o norma es perfectible».
El reglamento, enlistó, implementó la esterilización de perros y gatos, aunque la propuesta fue que se hiciera una campaña permanente en el Centro de Atención Animal, que no se puede por las condiciones económicas.
Sin embargo, comentó, en el artículo se habla de organizar acciones permanentes de campañas de vacunación, esterilización y desparasitación de perros y gatos.
Registro municipal con carácter opcional
La maestra en derecho abundó de los otros temas que se incluyeron fue el registro municipal (de carácter opcional) para que se tenga una identificación animal para que se sepa quién es el dueño o poseedor de la mascota; la reproducción de los animales en los zoológicos para el control de la natalidad de algunas especies, la prohibición de las peleas de animales en cualquier especie, tener un máximo de seis animales por predio y en caso de tener más tendría que llevarse un registro y las medidas de emergencia en caso de maltrato animal, no se podrá tener a los animales amarradas, bajo el sol y sin agua.
Las propuestas fueron planteadas por la organización civil, la Comisión Especial de Sustentabilidad, la Comisión de Gobierno, la Unidad de Desarrollo Sustentable, señaló la regidora.
Sin embargo, también sugirió modificar la prohibición de dejar alimento en la vía pública. «Puedo entender que sirve para que no hagan espacios de perros o felinos ferales; pero, bueno, entiendo a los animalistas que quieren dejar un poco de agua o comida para todos aquellos animales que han sido abandonados irresponsablemente por sus dueños».
Sugirió que al reglamento se debe añadir la prohibición de la venta de animales por Internet, así como quitar la parte del peso excesivo desproporcionado para el uso de las calesas.
Calesas eléctricas
Durante su intervención, la edil María Fernanda Vivas Sierra le recordó al presidente municipal Renán Barrera Concha las sentidas demandas de las organizaciones animalistas en la que todos los sábados exigen que se sustituyan el uso de los caballos por las calesas eléctricas.
La idea de esos vehículos, comentó, surgió de la plataforma Decide Mérida y asumió el Ayuntamiento 2018-2021 con el propósito de reemplazar los caballos por esos carruajes.
En mayo de 2021, recordó la joven, el entonces candidato de Acción Nacional a la presidencia municipal propuso a la ciudadanía las calesas eléctricas, un apoyo económico a los caleseros para que puedan mantener sus ingresos y labor con el propósito de fomentar el bienestar animal.
«Hasta el día de hoy no hay ninguna propuesta o iniciativa ni ningún paso adelante en la propuesta de las calesas eléctricas. ¿Qué nos dicen que las promesas de campaña no sólo son promesas? ¿Cuándo se empezará a implementar el programa? ¿Cómo funcionará el crédito hacia los caleseros? ¿De dónde saldrá ese recurso?», comentó la edil, quien precisó que la exigencia no es de la bancada priista si no de la ciudadanía.
María Fernanda Vivas precisó que sustituir los caballos por las calesas eléctricas no es acabar con una tradición, «si no es evolucionar por nuestra ciudad, nuestros ciudadanos…».
Por su parte, el secretario municipal Alejandro Ruz Castro precisó que el uso de las calesas le corresponde a la Dirección de Transporte del Estado de Yucatán (DTEY), «no es el Ayuntamiento otorgar o no los permisos».
Sobre la propuesta de campaña del ahora alcalde, comentó que el programa de calesas eléctricas está a punto de lanzarse, pues ya se analizan las cuestiones presupuestales y la normatividad por lo que confía que las calesas eléctricas sean una realidad en Mérida.
Al Ayuntamiento, señaló, le corresponde garantizar las condiciones necesarias para que el uso de los caballos sea digno y adecuado, algo que está haciendo a través de convenios con la Facultad de Veterinaria de la Uady, cuyos profesionistas revisan las condiciones y estado físico de los equinos.
En la segunda intervención en ese inciso de la orden del día, María Fernanda Vivas comentó que la Ley de Transporte de Estado ya se regula el uso de las calesas eléctricas. «El artículo 9 menciona que podrá otorgar a los ayuntamientos las facultades en las que se establezcan las medidas conducentes para que los servicios de transportes en sus modalidades de motocarro, mototaxi, tricitaxis, calesas o calandrias de atracción animal o eléctricas se realicen de forma adecuada», citó.
La edil priista hizo un llamado a la voluntad del concejal para cumplir con las promesas de campaña. «Tenemos tiempo; sin embargo, hay que ponerlos puntos sobre las íes para decir cuándo, el cómo y por qué vamos a cumplirle a la ciudadanía», reiteró.
El reglamento deberá ser publicado en un plazo no mayor a los 15 días hábiles.