Los alimentos funcionales juegan un papel importante en la industria alimenticia por los beneficios que aportan a la salud. Los consumidores esperan que sus víveres sean saludables y coadyuven a la prevención y tratamiento de enfermedades.
Para los especialistas en tecnología de alimentos, el término probiótico proviene de las palabras griegas “pro” y “biótica” que significa “a favor de la vida” y se utiliza para nombrar a las bacterias o levaduras consideradas alimentos funcionales por su capacidad de recolonizar y restaurar el equilibrio del tracto gastrointestinal.
Según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación y la Organización Mundial de la Salud un probiótico se define como “microorganismo vivo que cuando se administra en cantidades apropiadas confieren al huésped un beneficio para su salud.
La mayoría de los probióticos son bacterias similares a las que se encuentran de forma natural en el intestino humano, tiene distintos sitios de acción como boca, tracto gastrointestinal, tracto respiratorio entre otros. El consumo de probióticos tiene múltiples beneficios para la salud, dijo la Mtra. Paloma Barajas.
Los probióticos promueven el metabolismo de la lactosa, disminuyen las molestias ocasionadas por su ingesta. Ayudan a prevenir y controlar enfermedades del tracto gastrointestinal como diarrea relacionada con el consumo de antibióticos, colitis, diarrea infecciosa, síndrome del intestino irritable, entre otras.
Evita el crecimiento de microorganismos patógenos que pueden causar enfermedades debido a la competencia por nutrientes y la producción de sustancias que evitan su crecimiento y colonización. Reduce los síntomas de inflamación intestinal. Ayuda a regular la producción de vitaminas. Fortalece la mucosa intestinal mejorando la absorción de nutrientes.
Los probióticos se pueden encontrar en el mercado incorporados en alimentos en diversas formas o en suplementos alimenticios. Las bacterias deben estar presentes de forma natural en el alimento o añadidas en su preparación, están en productos fermentados como yogurt, jocoque, quesos, bebidas; sin embargo, es común en galletas, productos con base de chocolate, cereales, fórmulas infantiles y en suplementos alimenticios como píldoras, tabletas y polvos, manifestó el Dr. Hugo Espinosa.
Diversas enfermedades del tracto gastrointestinal como la gastroenteritis, síndrome del intestino irritable, síndrome metabólico, obesidad, diabetes y cáncer intestinal, así como la restauración de la flora intestinal después de un tratamiento de antibióticos son tratadas con probióticos.