Todas las personas en algún momento de su vida experimentaron dolor muscular por un golpe, caída, cirugía, diabetes, cáncer, fibromialgia, artritis y osteoporosis, entre otras. El dolor crónico, aquel que persiste 3 meses o más está presente en la vida de las personas.
La falta de información del dolor impacta en dos vías: la primera es el consumo indiscriminado de medicamentos de libre venta es otro grave problema de salud pública y que puede tener, incluso, consecuencias mortales para los pacientes, manifestó la Dra. Gloria de Lourdes Llamosa García Velázquez
La segunda, agregó, es verse resignados a sufrir porque se considera normal en algunas secuelas de accidentes o lesiones para los deportistas de alto rendimiento o bien de enfermedades crónicas no transmisibles o terminales. Sin embargo, con las investigaciones médicas poco a poco se deja de normalizar y, sobre todo, se tienen avances en fármacos y técnicas capaces de evitarlo o controlarlo.
El dolor se define como la percepción de un estímulo negativo que conjunta diversos aspectos sensoriales, emocionales y cognitivas y puede clasificarse por temporalidad en dolor agudo que tiene un origen repentino causado por una lesión en los tejidos y es una señal de alerta de un posible daño, por ejemplo, una fractura.
En tanto, el dolor crónico se prolonga más allá de la lesión y persiste más de tres meses teniendo como consecuencias dolencias graves que impiden la vida normal, el realizar ejercicio, dormir de forma adecuada, participar en actividades sociales o laborales.
La mayoría de las enfermedades no transmisibles y terminales incluyen síntomas complejos molestos que deben ser integralmente valorados y tratados como el dolor, que se relaciona con la angustia, aumento de la discapacidad y cambios emocionales como la ira, irritabilidad, desesperanza, ansiedad y la depresión, aspectos que se asocian con la disminución en la calidad de vida.
Las personas con dolor que permanecen aisladas por la contingencia sanitaria puede empeorar su cuadro físico por falta de movilidad, posiciones para trabajar desde casa o mobiliario inadecuado, por lo que hay que dar seguimiento adecuado con el médico tratante y, de ser posible, hacerlo en consultas a distancia o vía remota para reducir riesgos de contagio.
Vivir sin dolor es un derecho del ser humano, por eso, la necesidad de cuidados paliativos y la atención se deben incorporar a presupuestos y a las currículas del personal de salud y, porque aunque el padecimiento no se puede prevenir manteniendo un peso ideal, tener alimentación saludable, hacer ejercicio en la medida de lo posible, controlar la ansiedad, dormir bien y, sobre todo, acudir a un médico para abordar un tratamiento individualizado, son medidas que harán una gran diferencia en su control, finalizó la especialista.