El diagnóstico oportuno disminuye significativamente el riesgo de mortalidad por cáncer de garganta y boca y dando el cuidado que requieren.
El descubrimiento de anomalías en la garganta, lengua, paladar y encías es fundamental para reconocer que hay un problema y tras una exhaustiva revisión, un especialista descartará la formación de tumores o el desarrollo de células cancerosas.
En numerosas ocasiones pequeñas lesiones o llagas, que comúnmente se confunden con lesiones conocidas como aftas, aparecen en la boca o la laringe, son poco perceptibles y se dejan pasar sin mayor detenimiento, expuso el Oncólogo Miguel Ángel Álvarez Avitia.
De todos los tumores de cáncer de cabeza y cuello, el de boca es el más frecuente y cuenta con mortalidad alta, pues el 70% de los pacientes que acuden al médico llegan en etapas avanzadas de la enfermedad. Los tipos de cáncer de cabeza y cuello más frecuentes son: boca, que se registra en la lengua y el paladar; amígdalas o anginas y laringe.
“Al ser tumores que invaden a profundidad los tejidos son propensos a desarrollar metástasis o propagación de las células malignas a lo largo de los ganglios del cuello, además, son tumores que afectan funciones esenciales como comer, hablar y respirar; los pacientes ven afectada su vida laboral y personal, porque impacta su autoestima”, comentó el especialista.
Ese tipo de cáncer se registra en especial en personas mayores a los 50 años y por lo general tiene mayor prevalencia en hombres que en mujeres, pero se estima que la incidencia de esos tumores aumenta en personas jóvenes, porque el estilo de vida y algunas prácticas se volvieron comunes y son algunos de los principales factores de riesgo para el desarrollo de la enfermedad: fumar, beber, mantener malos hábitos higiénicos bucales, incluso, realizar prácticas sexuales orales sin protección, que generen contagios por virus del Papiloma Humano, elementos que favorecen la modificación de células de normales a cancerosas.
Algunos de los principales síntomas de la enfermedad dependiendo del sitio afectado son: dolor en garganta o cuello, al pasar alimentos, ronquera, en casos más avanzados tos y dificultad para respirar, es común detectar la presencia de nódulos abultados y duros en el cuello, explicó Álvarez Avitia.
Al ser amplia y variada cantidad de síntomas los que se registran pueden confundirse con otro tipo de padecimientos como gripe o infección de las vías respiratorias, de modo, que resulta necesario estar alerta a cambios en la cavidad bucal, alteraciones en la saliva o cualquier tipo de anomalía física que se descubra desde la zona de la nariz, boca, garganta y cuello.
Para tratar ese tipo de cáncer es necesario contar con un grupo de especialistas, que realizan procesos médicos desde cirugía, radiación y quimioterapia y la mayoría de los pacientes requiere más de una modalidad de tratamiento. Para los pacientes con la enfermedad avanzada o recurrentes, donde muchas veces los esfuerzos terapéuticos eran infructuosos, el avance en las innovaciones científicas para tratar la enfermedad mejora cada día, por eso, se cuenta con mayor número de terapias disponibles que con los tratamientos tradicionales mejoran la calidad de vida de los pacientes y amplían sus expectativas de supervivencia.