En Yucatán existe un tratamiento alternativo para el Covid-19 que resulta más económico y eficiente, que podría salvar vidas. Se trata del Dióxido de Cloro (CDS), no confundir con el detergente, es una solución soluble en agua a base de Ácido Clorhídrico y Clorito de Sodio al 4% y 28%, respectivamente, que ha divulgado el científico alemán Andreas Kalcker.
El ingeniero mecánico, Warner Bastarrachea Medina, quien laboró durante 35 años en el campo de la medicina, relató que aproximadamente 300 pacientes con síntomas de Covid-19 han probado este tratamiento y salieron victoriosos de la enfermedad sin ninguna secuela.
Esto no se trata de charlatanería, el entrevistado nos explicó la función del Dióxido de Cloro en la sangre: “Lo que hace falta para curar el Covid-19 es destapar las venas que van llenando de trombos de sangre coagulada… El dióxido de cloro es una molécula de cloro y dos de oxígeno. Cuando se separan, el cloro ataca el virus con el oxígeno, de tal manera que entra a la sangre y la regenera rapidísimo. Por eso hay gente, a punto de asfixiarse, que después de ingerir la solución se siente mejor y pueden respirar”.
Diversos medios especializados en salud han mencionado que el CDS no es legal y peligroso; aunque hay testimonios que aseguran una pronta recuperación sin la necesidad de hospitalización.
Bastarrachea Medina reconoció que, al ser una solución muy económica, por eso las farmacéuticas boicotean su uso.
“La gente que habla mal lo hacen porque las farmacéuticas están detrás de eso, van a salir perdiendo cuando el Dióxido de Cloro se oficialice. ¿Cómo vas a comparar una Ivermectina, que cuesta 70 mil pesos la dosis por personas, a 6 pesos, que es el valor del CDS?”, aseveró.
El entrevistado, quien citó a Andreas Kalcker, dijo que el CDS incrementa el oxígeno en la sangre hasta un 50% sin deterioro alguno y mejora el flujo, contrario a lo que afirma la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos (FDA por sus siglas en inglés) y la Organización Mundial de la Salud (OMS).
“Andrea Kalcker investigó y logró que la reacción química que hay entre el Clorhídrico y el activador (un ácido suave al 4%) forma un gas que se llama el dióxido de cloro y es el producto final para el tratamiento de virus, bacterias y hongos. El científico hizo que el CDS se sature en agua para beberlo, que sabe a un agua mineral y funciona perfectamente”, describió.
Bastarrachea Medina señaló que el CDS no genera ningún daño colateral. “Yo lo consumo desde hace 10 años. ¿Por qué no me ha perjudicado mi hígado, mis riñones? porque no lo hace, es una sal… No sé por qué el gobierno se niega a aceptarlo como un producto oficial, porque de aplicarse se acaba la pandemia en dos por tres, al menos aquí en Yucatán.
El tratamiento, detalló, ha sido probado en Perú, República Dominicana y Ecuador, donde fue respaldado por el presidente de Asociación Ecuatoriana de Médicos Expertos en Medicina Integrativa (Aememi), Dr. Mauricio Quiñonez Mendoza.