El estrés generado por el prolongado confinamiento, el trabajo en casa o por el desempleo que miles de personas sufren por la pandemia agudiza situaciones de depresión y violencia, sobre todo, ante la cercanía de la época decembrina, consideró el Dr. Hugo Leonardo Gómez Hernández.
La pandemia tiene consecuencias en la salud física; sin embargo, los efectos en la salud mental de todos deberían ocupar un lugar preponderante en la atención general. Uno de los retos que debemos sortear es el acceso a los servicios de salud mental, pues antes de la pandemia eran limitados y ahora más, porque la atención se da vía remota y no toda la población tiene acceso a esos medios o no cuenta con los conocimientos básicos para entablar la comunicación, manifestó.
El médico señaló que es difícil atribuir a un solo factor el origen de la depresión, violencia intrafamiliar, incluso, la idea suicida, los efectos de la pandemia pueden generar que situaciones que estaban en riesgo de presentarse se activen.
Por la condición de la pandemia situaciones y la convivencia prolongada se presentó en mayor medida en aquellos casos en los que había violencia. Si hablamos de violencia en el ámbito social, las reglas de la nueva normalidad ocasionaron que quienes se resisten de forma individual o colectiva generen violencia, expuso.
En el caso del suicidio se asocia al malestar emocional, es decir, cuando se siente que la situación que se vive nos sobrepasan y es difícil solucionarla; esa situación puede ser experimentada por algunas personas, sobre todo, aquellas que tenían otras condiciones problemas o vulnerabilidad.
En el caso de la depresión y el suicidio, agregó, se sabe que las épocas de fin de año suelen ser difíciles para algunas personas, si sumamos la situación de la pandemia como aislamiento, pérdida de seres queridos, de empleo, el estrés por salir a la calle, por trabajar en casa, sí hay focos rojos se tienen la posibilidad que también aumente en ambos casos.
La forma en cómo nos comunicamos, divertimos y festejamos, hasta lo familiar y social, dónde trabajamos, estudiamos, nos transportamos, incluso, en lo cultural, religioso, deportivo y cívicos, tiene relevancia comentó el Psicólogo. Las muertes derivadas del COVID-19 no pasaron por el duelo, porque hubo casos en los que no sólo fue una pérdida, sino que una persona experimentó la muerte de familiares, amigos, compañeros de trabajo y vecinos.
Se detectó que la situación actual requiere de estrategias específicas para la promoción y prevención de la salud mental, fomentar el autocuidado, establecer rutinas nuevas, solicitar apoyo en caso de necesitarlo y facilitar el acceso, elementos que pueden estar a la mano para prevenir las consecuencias.