El alcalde de Mérida pidió a los senadores que hagan un análisis objetivo de la iniciativa
Una ley electoral nunca puede pasarse sin consensos, opinó el alcalde Renán Barrera Concha, quien fue cuestionado sobre el Plan B de la reforma electoral que se discute y analiza en la Cámara de Senadores.
Desde que se presentó la iniciativa, el concejal ha externado abiertamente su rechazo a que, a un año de la renovación de la presidencia de la República y gubernaturas, se hagan los cambios para restarle autonomía al INE.
«Nunca una iniciativa de reforma electoral ha venido del ejecutivo», recordó. «Normalmente son reformas que buscan equilibrar el exceso de poder y aquí lo que vemos son reformas que buscan aumentar la presencia del poder e ingerencia en los ámbitos electorales», mencionó.
El munícipe afirmó que «el exceso de poder del gobernante puede ser peligroso para la sociedad» y recordó los casos de Nicaragua, Venezuela, Cuba y Perú donde los sistemas democráticos se quedaron sin un árbitro imparcial.
El concejal externó su confianza en que los senadores, de todos los partidos, harán un análisis objetivo de lo que es el Plan B de la reforma electoral.
«El propio coordinador de Morena en el Senado (Ricardo Monreal Ávila) ha dicho que está plagado de inconstitucionalidades. Así que seguramente el tema terminará en la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) y ahí esperamos que la legalidad pueda valorarse», dijo.
Lo que debes cuidar es que el órgano electoral no se debilite y que la austeridad no se confunda con el austericidio, «porque hay una diferencia entre poder ser eficaces para la aplicación de los recursos y por el otro lado matar instituciones con el pretexto de que hay corrupción. Eso ha sido una norma, malamente manejada. Hoy vemos que hay instituciones que no hacen su trabajo por la falta de recursos», comentó.
A pregunta expresa, reconoció que la reforma electoral tiene una intención y tentación de que el gobierno federal tenga injerencia en las elecciones de 2024. Sin embargo, externó su confianza en que la batalla ciudadana estará por encima de la intencionalidad de atropellar los derechos de la ciudadanía.
«Tenemos un cierre de año turbulento en esa materia. Pero tengo fe que todavía hay gente buena», comentó.