Aunque el daño por glaucoma es permanente, con un diagnóstico a tiempo se puede detener y controlar la degeneración macular por la gama de opciones terapéuticas con las que se cuenta.
“En un ojo sano, un líquido transparente, llamado humor acuoso, circula en la parte anterior del ojo y sale por un canal microscópico conocido como red trabecular. Cuando el ojo no drena el fluido como debería, la presión aumenta y empieza a afectar el nervio óptico. Aunque esto no causa ningún cambio de inicio, a la larga puede producir dolor, visión borrosa, sensibilidad a la luz y ceguera, entre otros síntomas”, abundó la Dra. Francisca Domínguez.
El objetivo de la mayoría de los tratamientos oftálmicos en gotas está enfocado a reducir y normalizar la presión del ojo antes de que se dañe el nervio óptico, pero en casos más avanzados tal vez sea necesario utilizar procedimientos con láser o cirugía para drenar el humor acuoso.
El glaucoma es un grupo de afecciones oculares que dañan el nervio óptico asociado al incremento de la presión intraocular, dijo.
Aunque el glaucoma puede presentarse desde el nacimiento, las personas con antecedentes familiares de la enfermedad, mayores de 40 años, quienes son de ascendencia hispana, africana o asiática, con miopía o hipermetropía elevada o bien como diabetes, hipertensión arterial, tabaquismo, mala circulación sanguínea y migraña, entre otros factores de riesgo, son las más susceptibles de padecerla, por eso, es fundamental su detección oportuna por medio de un examen ocular completo.
La experta en glaucoma resaltó que, además, del medicamento oftálmico, el paciente debe jugar un papel activo en su autocuidado: “Es fundamental que no abandone o suspenda los medicamentos indicados por su médico tanto para tratar las enfermedades pre existentes como hipertensión arterial, diabetes, migraña, etc., como el glaucoma, porque aumenta la probabilidad de presentar complicaciones graves que generan gastos económicos fuertes para su familia y los sistemas de salud, sin contar el impacto físico, emocional, psicológico y social que conlleva.
Estudios de psico-oftalmología arrojan que aproximadamente el 57% de los pacientes con glaucoma desarrollan trastornos afectivos como ansiedad o depresión, luego de conocer el diagnóstico o después de ver mermada su salud y calidad de vida, por eso, resulta indispensable ofrecer asistencia integral que incluye medicamentos antidepresivos, así como atención psicológica.
Las personas deben acudir periódicamente a exámenes de rutina preventivos al menos una vez al año, pues la mayoría de las enfermedades crónicas como el glaucoma no tienen síntomas en fases tempranas y pasan desapercibidas durante mucho tiempo.
La Organización Mundial de la Salud estima que aproximadamente 1.5 millones de mexicanos tienen glaucoma y el 80% de quienes la padecen no lo sabe, pues como es una enfermedad oftalmológica silenciosa y sus síntomas se registran cuando el paciente tiene algún grado de discapacidad visual y, en casos más graves, ceguera.