-Las delegaciones de Yucatán y Suecia se reunieron en la Hacienda Temozón Sur del municipio de Abalá.
El Gobernador Mauricio Vila Dosal y los reyes de Suecia, Carlos XVI Gustavo y Silvia, sostuvieron este día un encuentro con sus respectivas delegaciones, en la Hacienda Temozón Sur, ubicada en el municipio de Abalá, como parte de su segunda visita a Yucatán desde que son monarcas.
Junto a su esposa María Eugenia Ortiz Abraham, el Gobernador, los monarcas, el Ministro de Cooperación Internacional para el Desarrollo de Suecia, Johan Forssell; el embajador de Suecia en México, Gunnar Aldén, y la secretaria General de Gobierno del Estado de Yucatán, María Dolores Fritz arribaron a la Hacienda donde fueron recibidos por los integrantes de Trovanova “Los Trovadores de Yucatán”, quienes amenizaron la llegada de los Reyes al recinto.
La titular de la Secretaría de Fomento Turístico del Estado de Yucatán (Sefotur), Michelle Fridman Hirsch y Álvaro Juanes Laviada, coordinador general de asesores del estado, e integrantes de la delegación de Yucatán, fueron los encargados de guiar a los monarcas hacia la escalinata principal de la Hacienda donde se tomaron una fotografía para documentar su visita.
Tras el encuentro, en el que también estuvieron presentes la subsecretaria de Relaciones Exteriores del Gobierno de México, María Teresa Mercado; el embajador de México en Suecia, Alejandro Alday González, el Gobernador y los Reyes disfrutaron de diversos platillos de la gastronomía yucateca como cochinita, empanadas de chaya, sopa de lima, poc chuc, queso relleno, entre otros.
Posteriormente realizaron un recorrido por la Hacienda Temozón, que es conocida desde 1665 como la estancia de Diego de Mendoza, descendiente del conquistador Francisco de Montejo, donde produjo ganado y maíz.
La hacienda, ejemplo representativo de las antiguas haciendas productoras de henequén, fue restaurada desde 1995 por el arquitecto Luis Bosoms. Actualmente convertida en hotel, abarca 37 hectáreas y ofrece a sus visitantes la espléndida atmósfera y el estilo de vida de fines del siglo XIX y principios del XX, cuando alcanzó su mayor prosperidad.
Todos los edificios fueron restaurados con las técnicas y los materiales de uso en aquella época, y pintados con pigmentos minerales rojos, amarillos y azules, iguales a los originales.