Ese es el sonido que a la distancia se escucha, el sonido de una flauta de caña o silbato afilador que anuncia la llegada del único artesano dedicado al arte de afilar. Después de sonar su peculiar escala musical, este personaje desciende de su bicicleta para alistar los artefactos que revivirán los cuchillos, las tijeras, rebanadoras, guillotinas entre otros de la cuadra.
Oficio noble y entrañable, hoy es raro encontrar a un afilador en las calles, sobre todo en las grandes ciudades, donde solía transitar periódicamente.
Como suele ocurrir con los oficios, el de afilador es un empleo heredado. Considerado un arte por quienes los practican, afilar cuchillos, tijeras y demás herramientas requiere destreza y precisión en el manejo del esmeril, una habilidad que es desempeñada con gusto y orgullo, así lo expresó Moisés Navarrete Sosa quien desde los 9 años practica este oficio, con 44 años de ejercerlo: “Yo empecé afilar desde los 9 años este una herencia que dejo mi tío y a mí me dijo mi tío que este trabajo hay que hacerlo porque este trabajo es un arte, y la verdad es que se ha perdido mucho, nosotros cuando empezamos a afilar éramos una familia, primos, tíos y sobrinos, ahora hay muchos afiladores que no son afiladores y lo hacen y creen que con la maquina es fácil y no, esto es hacer las cosas bien afilar las tijeras, repararlas, ajustarlas el trabajo del afilador no solo es de afilar cuchillo hay que repararlos, por eso es el afilador de tijeras y cuchillos”.
Ahora con la pandemia, ha venido a afectar todavía más el trabajo del afilador, dijo Don Moisés: “Bajo nuestro trabajo por lo de la pandemia y nos afecta en que todo están en sus casas, pero nadie tiene dinero, todos queremos comprar y hacer, pero nadie tiene dinero, a mucha gente despidieron de su trabajo entonces por más que quieran afilar con que pagan, este es el gran problema que tenemos todo, lamentablemente es una pandemia a nivel mundial que afecto a ricos y a pobres, a empresarios grandes como a chicos”.
Regularmente Don Moisés desempeñaba su trabajo al norte de la ciudad de Mérida, pero están cerradas las plazas comerciales y especialmente les trabajaba a los restaurantes de esos lugares y la mayoría están cerrados. Sin embargo, expresó que este oficio se lo ha heredado a sus dos hijos Kevin y Lucero. Si usted necesita afilar sus cuchillos o tijeras puede llamar al 9994 044933.
Hace unos años, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CONACULTA), hizo una encuesta para conocer los sonidos más extrañados en México. En la categoría de “Sonidos del hombre”, la caña del afilador de cuchillos compitió con la máquina de escribir y el sonido del tren entre los más añorados.
Sin duda alguna, este oficio es una tradición que hoy se sostiene gracias al ímpetu y la vocación de los afiladores que aún recorren kilómetros en busca de nuestros cuchillos sin filo.