Ser maestro es tener vocación de servicio, juega un papel importante ante la sociedad, pero en sí, es ser el facilitador del aprendizaje y guía.
Aparte de la vocación se requiere esfuerzo, dedicación y sacrificio, y a veces el trabajar en comunidades lejanas con muchas carencias implica doble esfuerzo, pero puede más el amor hacia esta profesión tan noble.
La vocación muchas veces viene con el ejemplo, con la pasión que se demuestra en la enseñanza y el respeto de muchas generaciones de alumnos, así empieza la historia de la maestra Leslie Hernández Coello, maestra del Cecaty 61, Instructora de la Especialidad de Asistente Educativo quien con el ejemplo de su padre decidió ser maestra: “Desde niña descubrí mi vocación y amor por enseñar, recuerdo que jugaba con mis primos a que era yo la maestra, recuerdo que tenía una pizarra donde les explicaba la tarea, pero el ejemplo de mi padre un maestro dedicado y muy querido por sus alumnos, fue el factor que me motivo a ser maestra, recuerdo que cuando salíamos a pasear todos lo saludaban con respeto y cariño, con los años comprendí que eso era dejar huella en la vida de los alumnos y me puse como meta educar con el corazón como él”.
La pandemia cambio a fuerza la forma de enseñar, los hogares se volvieron las aulas de clases, y este es el momento justo de valorar el trabajo de los maestros, explicó la maestra Leslie: “Yo les pediría a los papás que le tengan paciencia con los niños, que trataran que a la hora de la tarea no sea una hora de estrés, una etapa de gritos, un período de regaños de golpes, y pensar que los niños también están encerrados en casa y tratando de hacer la tarea, y que sean pacientes con los niños, que los escuchen, que ellos ya pasaron esta etapa como sus hijos, y que valoren el trabajo de los docentes, ya que buscamos estrategias para que los niños disfruten el aprendizaje, este momento que estamos encerrados en casa es un momento de reflexionar y valorar el desempeño del maestro”.
La mayor satisfacción a lo largo de su carrera y su mayor regalo para la maestra Leslie, es ver crecer a sus alumnas y pronto poder verlas sanas y abrazarlas en las aulas donde imparte clases: “La mayor satisfacción que he tenido como docente es ver que mis alumnas crezcan en el ámbito profesional, el verlas realizadas, y al encontrármelas y verlas que me comenten sus logros y que me recuerden con cariño”.