Con el regreso a la “nueva normalidad” tendremos que adaptarnos a diversos escenarios de la vida cotidiana, en especial en los centros laborales.
Numerosas empresas aplicaron la modalidad del trabajo en casa para mantener sus operaciones con poco tiempo de preparación y planeación, porque fue una medida que se tomó más por necesidad que por estrategia, por eso, los empleados experimentaron un proceso de aprendizaje apresurado.
La práctica del trabajo en casa se convirtió en el modo central de la economía de la pandemia y seguirá aunque se levanten las restricciones, dijo el especialista en Recursos Humanos, Alberto del Castillo.
La experiencia improvisada rompió con varios prejuicios alrededor del trabajo en casa, en especial con el aspecto de la productividad y la realización de objetivos de cada empresa.
Del Castillo visualiza un nuevo modelo económico que la emergencia acelerado comenzando con los negocios, pues numerosas personas que usarán los servicios de la ‘economía quédate en casa’, se convertirán en fieles clientes y cambiarán la oferta.
Un ejemplo son las pequeñas y medianas empresas que abren nuevos canales para llegar a la población en medio de la cuarentena. Profesiones en Marketing Digital y las Ingenierías en Sistemas tienen oportunidades en el Internet de las Cosas.
Si una persona busca trabajo Del Castillo recomienda hacerlo en áreas que se desarrollarán más en el contexto de ese modelo, incluso, en los procesos de reclutamiento, adquisición de talento y la capacitación de personal, porque las herramientas digitales serán fundamentales.
Ahora el debate en las empresas no está en la aplicación del trabajo en casa, sino en la práctica que llegó para quedarse. En este momento, la prioridad es diseñar el mejor ambiente para que las organizaciones y sus empleados se acoplen mejor al nuevo escenario mundial.
Para Alberto del Castillo, la pandemia no solo nos tomó por sorpresa en el aspecto tecnológico y manejo de habilidades digitales para hacer el teletrabajo como por ejemplo el acceso al Internet en casa; la crisis también cambió los hábitos, rutinas y competencias que las personas requieren para desarrollar su actividad.