El 99% de la población en general padece algún tipo de estrés
Es momento de detenerse, respirar profundo y cuidarse recordar que no
somos inmortales
Organizarse con tiempo para la realización de cualquier actividad física o
mental, planear aunado a una alimentación balanceada dará como resultado
una mejora calidad de vida
El estrés afecta a todos no importa edad, sexo, o condición ideológica,
social o económica
El estrés puede definirse como un conjunto de reacciones fisiológicas que se presentan
cuando una persona sufre un estado de tensión nerviosa, producto de diversas
situaciones en el ámbito laboral o personal: exceso de trabajo, ansiedad, situaciones
traumáticas que se hayan vivido, señaló la psicóloga Nelly Patricia Morales Murguia,
encargada en Prevención y Atención de la Violencia Familiar Y de Género en la Clínica
Hospital Mérida APP del ISSSTE ubicada en Susulá en esta Ciudad.
La psicóloga dijo que alguien que padece de estrés habla rápido, padece de temblores,
tartamudeo, voz entrecortada, imprecisión, explosiones emocionales, tiene exceso de
apetito o también falta de apetito, presenta conductas impulsivas, ríe nerviosamente,
bosteza, etc.
Refirió que el concepto de estrés, se define como «la respuesta fisiológica, psicológica y
de comportamiento de un individuo que intenta adaptarse y ajustarse a presiones
internas y externas». El estrés aparece cuando se presenta un desajuste entre la
persona y su vida cotidiana.
Explicó que ante un estímulo estresante, el organismo reacciona automáticamente
preparándose para la respuesta, para la acción, tanto para luchar como para escapar del
estímulo estresante. Se genera una activación del sistema nervioso con las típicas
manifestaciones de sequedad de boca, pupilas dilatadas, sudoración, tensión muscular,
taquicardia, aumento de frecuencia respiratoria, aumento de la tensión arterial, aumento
de la síntesis de glucosa y de la secreción de adrenalina.
Apuntó que se genera también una activación psicológica, aumentando la capacidad de
atención y concentración. Es una fase de corta duración y no es perjudicial cuando el
organismo dispone de tiempo para recuperarse. Como la energía de adaptación es
limitada, si el estrés continúa o adquiere más intensidad pueden llegar a superarse las
capacidades de resistencia, y el organismo entra en una fase de agotamiento, con
aparición de alteraciones psicosomáticas.
Comentó que hay algunas profesiones que son fuente de estrés como la enfermería que
es, sin duda, una profesión generadora de gran estrés, como la medicina, el periodismo
incluso el arte ya que se viven situaciones de gran intensidad emocional.
Informó que las fuentes de estrés, se clasifican en: sucesos vitales intensos y
extraordinarios. El estrés aparece también cuando se producen situaciones de cambio
como vivir con intenso calor, frio, una separación matrimonial, despidos de trabajo,
muerte de familiares próximos, etc. Los sucesos diarios estresantes de pequeña
intensidad.
“Los sucesos de tensión crónica mantenida: Son aquellas situaciones capaces de
generar estrés mantenido durante períodos de tiempo más o menos largos. El estrés
que supone tener un hijo que tiene problemas cada día a consecuencia de una
enfermedad, drogadicción, etc.”.
Destacó que la generación de estrés varía de unas personas a otras, ya que las
características de cada tarea y de lo que genera en los profesionales van en función de
lo que gusta o no hacer. Cuando la tarea se adecúa a las expectativas y a la capacidad
profesional, contribuye al bienestar psicológico y supone una importante motivación.
“Las relaciones interpersonales pueden llegar a convertirse en una fuente de estrés.
Convivir en casa o en el trabajo con una persona desequilibrada emocionalmente que
hace la vida imposible a todos genera un choque psicológico. Es una fuente continua de
estrés y por el contrario, cuando existe buena comunicación interpersonal y cuando se
percibe apoyo social y de la organización, se amortiguan los efectos negativos del estrés
laboral y familiar sobre nuestra salud”.
“Ponerse muchas obligaciones para realizar durante el día y no alcanzar a cumplirlas
genera estrés con consecuencias y efectos negativos para la salud: como la
Taquicardia, el aumento de la tensión arterial, sudoración, alteraciones del ritmo
respiratorio, aumento de la tensión muscular, aumento de la glucemia en sangre,
aumento del metabolismo basal, aumento del colesterol, inhibición del sistema
inmunológico, sensación de nudo en la garganta, dilatación de pupilas, sensación de
preocupación, indecisión, bajo nivel de concentración, desorientación, mal humor,
hipersensibilidad a la crítica, sentimientos de falta de control”.
“El estrés también genera una serie de trastornos asociados, como los trastornos
respiratorios como el asma, la hiperventilación. Trastornos cardiovasculares:
Enfermedad coronaria, hipertensión arterial, alteraciones del ritmo cardiaco. Trastornos
inmunológicos: Desarrollo de enfermedades infecciosas. Trastornos endocrinos:
Hipertiroidismo, hipotiroidismo, síndrome de Cushing. Trastornos dermatológicos:
Prurito, sudoración excesiva, dermatitis atípica, caída del cabello, urticaria crónica, rubor
facial. En el caso de la Diabetes: Suele agravar la enfermedad. Dolores crónicos y
cefaleas continuas. Trastornos sexuales: Impotencia, eyaculación precoz, vaginismo,
alteraciones de la libido. Trastornos psicopatológicos: Ansiedad, miedos, fobias,
depresión, conductas adictivas, insomnio, alteraciones alimentarias, trastornos de la
personalidad”.