Por el aislamiento social la violencia contra la mujer se incrementó por diversos factores, entre ellos, permanecer mucho tiempo encerrado, irritabilidad, bajo control de los impulsos y la baja autoestima del agresor.
Según el Instituto de la Mujer del Ayuntamiento de Mérida, que dirige Fabiola García, en una semana se recibieron 140 llamadas de emergencia, de las cuales, el 50% fue para pedir asistencia, auxilio a la policía, incluso, porque momentos antes fueron agredidas.
Por la contingencia sanitaria se suspendió el apoyo presencial a las mujeres agredidas, pero por medio de llamadas telefónicas se proporciona asistencia a quienes solicitan ayuda. La violencia sexual en la relación en pareja se vive como algo natural, que por vergüenza y mido no es denunciada por las víctimas, por eso, el agresor disfruta de impunidad. La violencia sexual representa el 35% de los casos reportados.
Otros tipos de violencia son la física, laboral, psicológica y familiar entre otras, pero lo que es un hecho es que ese fenómeno se incrementa por el aislamiento social debido a la emergencia sanitaria, dijo el Médico Psiquíatra Lauro Suárez.
Para el profesionista la violencia no se aprende, sino que se transmite y en el caso de la violencia doméstica la principal causa es el cambio emocional por el prolongado encierro que se registra por la contingencia sanitaria.
El incremento de la violencia contra la mujer se refleja en la consulta de psicólogos y psiquíatras porque las personas permanecen mucho tiempo encerradas, lo que propicia irritabilidad, depresión, ansiedad y tristeza que experimenta el hombre maltratador.
Lo preocupante es que se está normalizando la violencia contra la mujer por la pérdida de los valores y es un mal ejemplo para los niños, quienes aprenden ese tipo de conducta denominada indefensión aprendida por trastornos postraumáticos.