Una mujer nunca debería rechazar, nunca debería negarse el compromiso de ser esposa, la satisfacción de los hijos, a menos que decida encausar su maternidad en favor de la Iglesia como religiosa o servidora de nuestros hermanos y nuestras hermanas, comentó Monseñor Rodríguez Vega, durante la homilía de ceremonia eucarística que ofreció ayer viernes con motivo del Día de las Madres.
El arzobispo de Yucatán señaló: “Escapar de la maternidad, por comodidad, no es digno de una mujer. Que todas las mujeres acepten el llamado de ser madres, especialmente de la vida matrimonial. Pero si sienten otro llamado, encausar toda esa potencia de amor que tienen, en su corazón, al servicio de la Iglesia y Dios o de la sociedad”.
Pero, añadió, la mujer que acepta la maternidad y la vida en plenitud dentro de la familia o la Iglesia, es una mujer llena de gozo, llena gratitud hacia el Señor, y así vive siempre agarrándose de la fe.
“Todas esas madres que no son creyentes, ¿cómo pueden soportar sin la fortaleza que viene de la fe? Ojalá que todas las mamás se fortalezcan en la fe, acérquense a la conversión y si no pueden acercarse a los sacramentos, acérquense a la oración. Dios está con cualquiera de sus hijos, especialmente de las mamás”, señaló.
Con motivo de la efeméride, el prelado comentó que quien no sabe amar o agradecer a su mamá, “difícilmente tendrá buen trato con los demás, buena calidad cristiana”.