La Organización Mundial de la Salud estableció que cuando se tienen los cuidados necesarios y se practica el correcto manejo, un difundo no transmite el Covid-19.
Los familiares y seres queridos de la víctima mortal deben esperar a que el personal capacitado y con protección adecuada prepare el cadáver para su entierro o incineración.
La Organización Mundial de la Salud no censura que se realicen funerales, pero requiere que se realice con ciertos cuidados.
La Asociación de Funerarias de Yucatán, que preside Alejandro Espadas Villajuana, estableció protocolos sanitarios para prevenir contagios de la enfermedad en los entierros: los familiares pueden ver el cuerpo, pero no deben besar o tocar el cadáver, los asistentes deben lavarse constantemente las manos durante el funeral, que debe durar cuatros horas, se permite hasta 15 personas en el velorio y deben guardar la sana distancia.
Además, el personal de la funeraria, que manipula el cadáver, debe portar con diversos equipos de protección como guantes, lavarse constantemente las manos, llevar protección de ojos, mascarilla, botas y overol impermeable, así como sanitizar los equipos y vehículo que utilizan para el traslado del cuerpo.
La Organización Mundial de la Salud estableció que los cuerpos deben ser manejados y preparados por profesionales desde el lugar donde mueren hasta la funeraria, crematorio o lugar de sepultura. No es necesario utilizar vehículos, ni bolsas especiales a menos que haya fuga de fluidos corporales.
Los familiares deberán elegir entre enterrar o cremar el cadáver y aunque está extendida la creencia de que es preciso incinerar a las personas que murieron por una enfermedad transmisible, la Organización Mundial de la Salud no lo considera necesario.