hábitos de alimentación Mala alimentación y peligros, así es el viaje de niños migrantes hacia EU ¿Por qué las reglas de restricción alimentaria no siempre resuelven el problema de la alimentación emocional? Según la especialista, las dos razones principales por las cuales la alimentación emocional con reglas alimentarias restrictivas no funciona para la mayoría de las personas son: Se basa en que tu comportamiento se debe a una falta de autocontrol percibida Estás usando una “solución” con alimentos para combatir un problema emocional «Si yo te preguntara acerca de todas las áreas de tu vida que puedes autocontrolar con éxito, es probable que quieras contarme una larga lista», dice Kilpatrick. «Pero la mayoría de las veces, la alimentación emocional no tiene nada que ver con la falta de autocontrol. De hecho, probablemente tengas el suficiente”. Al hablar de alimentación emocional, es importante aclarar que el hábito de comer tampoco suele ser el problema, porque comer es la naturaleza humana. Querer comida reconfortante es parte de la naturaleza humana. En cambio, el problema real es la emoción incómoda que sientes y que hace que recurras a la comida como “supuesto” mecanismo de supervivencia. «A menos que te centres en la emoción subyacente que te hace comer y la enfrentes, continuarás luchando por controlar la alimentación por razones emocionales», dice la nutrióloga del Hospital Houston Methodist. Procesar las emociones es un trabajo duro, especialmente durante momentos estresantes, y ni hablar cuando nos encontramos en situaciones como la actual pandemia, a las que no estamos acostumbrados a saber cómo reaccionar. Y es aquí, cuando recurrimos a la comida para controlar las emociones. Los dos principios para superar la alimentación emocional: 1. Reconoce el comportamiento sin juzgarte a ti mismo El primer paso para abordar eficazmente la alimentación emocional es simplemente reconocer que lo estás haciendo. «Al reconocer que estás comiendo debido a una emoción incómoda, estarás más cerca de superarlo», dice Kilpatrick. Este paso puede sonar demasiado simple. Pero, el éxito empieza al aceptar y entender nuestro comportamiento, sin juzgarnos. «El juicio no nos sirve aquí, más bien empeora las cosas», explica la nutrióloga del Hospital Houston Methodist. «El juicio personal va acompañado de vergüenza, culpa y emociones fuertes que aumentan aún más tu carga, haciendo que sea muy difícil de procesar y afrontar lo que estás sintiendo». A medida que das el paso para reconocer que estás comiendo para controlar las emociones, Kilpatrick recomienda recordarte a ti mismo: soy un ser humano que está pasando por algo muy estresante y lo estoy afrontando de una manera muy humana. 2. Encuentra una solución emocional a tu problema emocional Para ir más allá de la alimentación emocional, necesitas sentir y reflexionar tu propia emoción, y encontrar una solución productiva para resolverla. Bueno, eso depende tanto de ti como persona, como de la emoción particular con la que estás lidiando. Las principales emociones y recomendaciones para resolverlas: Estrés: ejercicios de respiración, meditación o encontrar un lugar tranquilo para pasear Soledad: envía mensajes de texto, haz llamadas o videollamadas con un amigo o un ser querido Tristeza: haz una lista de las cosas por las que estás agradecido Aburrimiento: termina un proyecto, mira una película o lee un libro Ansiedad: acude a un amigo de confianza, pasa tiempo con tu mascota o considera comunicarte con un consejero o terapeuta «Reemplazar los alimentos con una de las soluciones más productivas anteriormente mencionadas, es la única forma de evitar caer en la alimentación emocional a largo plazo», dice Kilpatrick. «Y una última cosa: aunque pareciera que estos dos principios suenan fáciles, seguirlos es un trabajo duro que puede llevar tiempo. Si sientes que estás dando un paso hacia adelante un día, pero luego dos pasos hacia atrás, ¡está bien! Sé paciente e indulgente contigo mismo. Cambiar tu forma de pensar, para evitar la alimentación emocional, es un proceso, pero vale la pena». Ubicado en el Centro Médico de Texas, el Hospital Houston Methodist es considerado desde hace 9 años consecutivos como el número uno en el estado de Texas y en la ciudad de Houston por la prestigiosa revista U.S. News & World Report (2012-2020). En 2021, la revista Newsweek incluyó al Houston Methodist dentro de la lista de los 100 mejores hospitales a nivel mundial. El Hospital Houston Methodist es reconocido en el mundo por su investigación médica de vanguardia, por la atención y cuidado a sus pacientes y por sus áreas de alta especialidad en: Oncología, Cardiología y Cirugía de Corazón; Diabetes y Endocrinología; Gastroenterología y Cirugía Gastrointestinal; Geriatría; Nefrología; Neurología y Neurocirugía; Ortopedia y Medicina Deportiva; Neumología y Trasplantes; Otorrinolaringología y Ginecología. El Hospital Houston Methodist cuenta con una reconocida área de Wellness, donde se realizan estudios y check-ups de primer nivel. De esta forma se obtiene un panorama completo e integral del estado físico y de salud de cada individuo y se puede construir, a través de un grupo multidisciplinario de expertos, un programa preciso y personalizado de salud a futuro.