Personas con VIH y Organizaciones de la Sociedad Civil hicieron un llamado a las autoridades yucatecas a que implementen campañas de información, así como políticas públicas que abonen en la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de la enfermedad
Ante el incremento de los casos de la viruela del mono en el Estado, personas que viven con VIH, organizaciones de la sociedad civil y colectivos en favor de los derechos humanos de estos grupos vulnerables hicieron un llamado a las autoridades yucatecas a que implementen campañas de información, así como políticas públicas que abonen en la prevención, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de los casos positivos que ya existentes en la entidad que hoy día ocupa el tercer lugar a nivel nacional.
De acuerdo con un boletín, en un oficio entregado ayer jueves a los Servicios de Salud de Yucatán (SSY) exhortaron a las instituciones de salud como IMSS, Issste, Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) a que actúen de manera inmediata para informar a la población en general sobre la viruela símica y consideren que el mayor número de casos en México y el mundo se han presentado en hombres que tienen sexo con hombres.
También instaron al gobierno a que «las campañas no refuercen el estigma ni la discriminación y se retomen las experiencias que ha dejado la pandemia del Sida».
A la administración estatal, se le solicitó que, a través de las secretarías e instituciones públicas, que resulten competentes, realicen acciones puntuales e inmediatas para que se vacune de manera pronta y gratuita a las poblaciones más vulnerables contra la viruela símica.
El oficio fue firmado por más de 60 ciudadanos y personas que viven con VIH y por el Colectivo S3D, Unasse, A.C; Colectivo por la Protección de Todas las Familias en Yucatán, Colectivo Ciudad Libre, Igualdad Sustantiva Yucatán A.C, Fundación BAI, Uady Sin Acoso, Comando Trans Interseccional, Spectrum Diversidad Estudiantil, Juventud Activa en Comunidad, Grupo Princesas Mayas, Comité LGBT+ Valladolid, Ateneo de la Juventud Yucatán y el Centro Cultural y de Derechos Humanos Casa Colibrí, concluyó el texto.