Los molineros se enfrentan a la voracidad de los distribuidores de los granos, que incrementan el precio sin justificación; en el fraccionamiento Francisco de Montejo y en las colonias Salvador y Lindavista, el kilo alcanzó un precio histórico
En zonas del norte y del poniente de Mérida, el kilógramo de la tortilla se vende en 28 pesos y $30, informó el molinero Luis Antonio Quijano López, expresidente de la Casa del Molinero.
El alza de los precios en el kilo de la tortilla se debe a que los costos de los insumos están incontenibles, así como otros factores como la voracidad de intermediarios que, por la escasez del maíz, han incrementado la tonelada en un 26% más, 11 mil pesos, y la tonelada de harina subió tres veces más en lo que va del 2022 hasta alcanzar los $1,300.
El comerciante, con poco más de 30 años en el sector, señaló que los distribuidores no tienen consideración alguna con los molineros y sólo les dicen: «Eso es lo que vale, eso es lo que pagas», lo que genera que algunos tengan que ajustar precios hasta 30 pesos el kilo o vender más para evitar las alzas.
Aunque la sequía y producción y el abasto de granos por la guerra de Ucrania influyen, para Quijano López el principal problema está en los industriales como Maseca y Minsa y a los distribuidores del grano y a los intermediarios de incrementar de manera injustificada y «con voracidad» los precios.
«En bodegas hay grandes acaparadores, los famosos coyotes compran barato y lo almacenan, hacen y esperan que se encarezca el producto para sacarlo y obtener más ganancias. Son los especuladores los que tienen el control de los precios y no hay nadie que los regule», comentó.
En el fraccionamiento Francisco de Montejo y en las colonias Salvador Alvarado y Lindavista el kilo de tortilla ya alcanzó un precio histórico; mientras que, en Circuito Colonias, cerca de San Antonio Xluch se vende a 24 pesos.