Pese a que Yucatán cuenta con grandes recursos hídricos, doctor en Ciencias del Agua y Suelo expone en qué asuntos debemos poner atención la sociedad para cuidar nuestro principal tesoro.
El problema de la instalación de una empresa cervecera en Kanasín no es tanto la cantidad que agua que pudiera extraer del manto acuífero, sino de dónde la extraerá y a qué velocidad será, señaló el doctor en Ciencias del Agua y Suelo Héctor Estrada Medina, profesor investigador de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady).
Sin embargo, la empresa se ubicará cerca de la reserva de la geohidrológica Anillo de Cenotes, así como la Reserva Ecológica Cuxtal y la planta potabilizadora de Molas. “Es algo que debemos considerar, si queremos cuidar nuestra agua, no deberíamos tener ninguna alteración del acuífero en lugares cercanos al agua que vamos a utilizar como la población y a qué tasa la van a sacar”, comentó.
“Si bien, la extracción de agua no perjudica, porque tenemos mucha agua disponible, si la sacamos demasiado rápido podemos tener que se nos junte el agua salina con el agua dulce y tener problemas locales que ya se tiene reportes de ello como perjuicios a las poblaciones cercanas”, explicó.
“Tenemos mucha agua disponible. Eso, en millones de litros, es muchísima agua. Ya lo quisiera tener cualquier otro estado de la República”, comentó el biólogo en formación. “Si bien, en este momento no tenemos problemas de disponibilidad, el asunto es cuánta agua se extraerá, cómo se extraerá y cuáles son los desechos que generarán cualquier empresa, no necesariamente una empresa cervecera, refresquera o porcina”.
“Los datos que tenemos, con base en la cantidad de agua que tenemos en el acuífero, nos dice que tenemos mucha disponibilidad de agua en el acuífero. A nivel de la Península de Yucatán, estamos hablando que tenemos todavía 3,882.82 hectómetros cúbicos de agua, que son un montón de litros”, afirmó.
Para la empresa, Kanasín es el mejor lugar para instalarse pues tienen cerca la extracción de agua, pues en el cono Sur tendrían que extraer el líquido a 200 metros de profundidad y eso generaría un gasto. “Los habitantes tienen que poner en una balanza si el beneficio que traerá ese tipo de inversión nos conviene económicamente o nos perjudica ambientalmente”, señaló.
El maestro en el Manejo de Usos Tropicales insistió en poner atención en cuánta agua extraerá la empresa, a qué tasa será la extracción y cuáles son los desechos que generarán, pues Yucatán carece de un sistema de drenaje y más plantas potabilizadoras, pues realmente sólo hay plantas cloradoras cuya función es sacar al agua del acuífero, clorarla y mandarla a las casas.
La planta potabilizadora, explicó, tiene “la capacidad de tomar agua sucia y convertirla en agua bebible”. Por ejemplo, en Ciudad de México hay ese tipo de tecnología que obtiene las aguas negras para transformarlas en agua utilizables para el humano. En Cancún, Quintana Roo también hay una planta potabilizadora.