La enfermedad podría ocasionar problemas en el autoestima si el paciente no recibe la atención correcta
La dermatitis atópica es más que picazón, pues en niños más grandes puede ocasionar problemas de autoestima, pues por su apariencia son víctimas de bullying o discriminación en las escuelas, dio a conocer la doctora Blanca Estela del Río Navarro, alergóloga pediatra y jefa del departamento de Alergia en el Hospital Infantil de México Federico Gómez.
–Es una enfermedad crónica recurrente de la piel, donde existe una gran inflamación y origina que los pacientes –niñas, niños y adolescentes–, tengan brotes de piel roja, mucha comezón, piel llorosa o piel acartonada o seca –definió la entrevistada.
La prevalencia de la dermatitis ha incrementado actualmente en todo el mundo. Se calcula que uno de cada 10 niños tiene dermatitis atópica, mencionó.
Mientras la media nacional es del 10% de niños, niñas y adolescentes con dermatitis atópica. Yucatán estaría con el 11% o 12% de los casos por la humedad y los pacientes sudan mucho.
La enfermedad perjudica la calidad de vida de los menores que la padecen. «Estos niños no pueden dormir, ni la familia. Además, el hecho de rascarse continuamente hace que se puedan infectar y terminan con tratamientos innecesarios de antibióticos cuando la enfermedad se extiende mucho en la superficie corporal», explicó.
Las causas pueden ser genéticas, es decir, una herencia de los padres y abuelos. «Esto quiere decir que no sólo el abuelo o tatarabuelo tuvo problemas de piel, supongamos que fue alérgico a la penicilina. La alergia se heredó, es decir, está incapacidad de respuesta a la inflamación tipo T2 y se manifiesta con múltiples padecimientos. Por eso es lo más común tener un paciente con dermatitis atópica y, además, tiene problemas de que le chifla el pecho o rinitis», ejemplificó.
La especialista comentó que una señal son las mejillas rosadas, que si bien los bebés lucen preciosos, ese color se va entendiendo a otras partes del cuerpo.
Un error frecuente en los padres de familia es la aplicación de cremas con esteroides, lo que ocasiona un rebote en la enfermedad.
El tratamiento, detalló, son cuidados generales en la piel como baños cortos, tibios, no muy calientes y evitar frotarse la piel con zacate, con jabones especiales, con cremas humectantes incoloras e innodoras y, cuando se requiere en cierta áreas, esteroides tópicos de baja potencia.
Si la situación no mejora y ya se descartó que el paciente no presenta una inmunodeficiencia, pero se le perjudica la calidad de vida es cuando se aplica un tratamiento sistémico que no afecta el hígado, pulmón, corazón ni riñón.
–La dermatitis atópica leve se quita con crema, evitar la exposición. Pero la grave, requiere de la atención de especialistas como dermatólogo y alergólogo –mencionó.
Por eso recomendó utilizar aplicaciones médicas con un atlas dermartológicos en los que vienen las características de la piel, permite realizar una evaluación de la piel y monitorear la evolución del padecimiento. «Las puede ver el médico y también el paciente», dijo.