Las bendiciones a las parejas homosexuales e irregulares no es lo mismo que el sacramento del matrimonio, monseñor Mario Medina Balam.
Es importante no confundir las bendiciones que se darán a parejas homosexuales y heterosexuales irregulares, expuesto en el documento Fiducia supplicans (confianza suplicante en latín) con el sacramento del matrimonio, pues el primero tiene por objetivo de establecer que Dios acoge a todos, comentó monseñor Mario Medina Balam, segundo obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Yucatán.
Dicha documentación, precisó, se refiere a las bendiciones por un sentido pastoral que está dirigida a todas las personas sin juzgar su vida moral, porque es la bendición de Dios que ha traído a todos sin distinción.
Esta sucede afuera de la misa, porque el documento señala que no se puede realizar el acto si vienen vestidos de novios o en un ambiente de boda civil. De igual manera, ya ocurre en el estado, porque todo cristiano tiene derecho, sin importar su estatus, a recibir la bendición de Dios, añadió.
Fiducia supplicans explica que esta bendición no es dirigida únicamente a uniones del mismo sexo, sino, en primer lugar, ratifica que la doctrina sobre el matrimonio es la unión indisoluble entre hombre y mujer, detalló el prelado en rueda de prensa.
“Esta bendición también es para parejas heterosexuales con unión solo civil o, de hecho, es para todos de tal manera que se vuelve a recordar que la bendición de Dios es para todos, manifiesta la bondad y su misericordia”, precisó.
“Pero también hay otra bendición que se refiere a las bendiciones de situaciones o personas, pero ésta (“Fiducia supplicans) es breve y se bendice a la pareja como tal y no su estatus, que no es parte de la doctrina de la iglesia”, señaló.
El Papa Francisco aprobó que los sacerdotes católicos puedan administrar bendiciones a las parejas del mismo sexo, así como a las parejas en situación “irregular”, siempre y cuando dichas bendiciones no sean parte de un ritual o liturgia de la Iglesia.