La salud mental es el bienestar general de la forma en que se piensa, se regulan los sentimientos y el comportamiento de la persona.
Las personas pueden padecer un trastorno mental cuando detectan cambios en el pensamiento, sentimientos o el comportamiento, que suele causar angustia o alteración en la capacidad de su funcionamiento.
El trastorno de salud mental puede afectar la capacidad para mantener relaciones personales o familiares, que dificulta funcionar en entornos sociales. Un problema de salud mental puede ser un impedimento para desempeñarse en el trabajo o en la escuela y aprender a un nivel acorde a la edad e inteligencia.
La adaptación a situaciones críticas, cambios en relaciones sociales o familiares, la emergencia sanitaria, la nueva normalidad, el retorno laboral y muchas otras condiciones podrían generar en algunas personas alteraciones como estrés, miedo, ansiedad o depresión.
En ocasiones, es necesario recibir el apoyo de un profesional para orientar a la persona de cómo aceptar y reaccionar ante situaciones que no se pueden controlar y la importancia de pedir ayuda cuando es necesario.
Identificar las emociones presentes en circunstancias de estrés para entenderlas y atenderlas; medidas de autocuidado para la protección de la salud mental; herramientas para lograr reducir el estrés, técnicas de respiración y relajación, son algunas recomendaciones que se proporcionan a los pacientes, manifestó la Dra. Alberta Bautista Botello.
No hay una medida estándar en las culturas para determinar si un comportamiento es normal ni cuándo se vuelve perturbador. Lo que puede ser normal en una sociedad puede ser motivo de preocupación en otra. Hay varias afecciones de salud mental, entre ellas, la ansiedad, la depresión, los trastornos alimenticios, el trastorno de estrés postraumático y la esquizofrenia, señaló la Psicóloga Flor María Villegas Ramírez.
Acudir a un especialista es lo mejor para determinar un diagnóstico basado en la naturaleza, la duración y el impacto de los signos y síntomas, pues es importante conocer los antecedentes clínicos de la enfermedad física o trastornos de salud mental en cada persona o familia, realizar un examen físico completo para identificar o descartar una afección que causan los síntomas, así como realizar preguntas de sus preocupaciones actuales o por qué está buscando ayuda.
El especialista debe realizar preguntas de eventos o cambios recientes en la vida del paciente como traumas, relaciones, trabajo, muerte de un amigo o pariente, sucesos que pueden afectar la forma en que piensa, siente o como se comparta el enfermo. La salud mental en ocasiones responde al consumo en el pasado y presente de alcohol, drogas, traumas, abuso, crisis familiares u otros eventos importantes de la vida, abundó.
Cada afección de salud mental tiene sus propios signos y síntomas pero en general puede ser necesaria la ayuda profesional si se presentan cambios en la alimentación y en los horarios de sueño, incapacidad para afrontar los problemas o las actividades de la vida diaria, sensación de desconexión o retiro de las actividades normales, pensamientos inusuales o «mágicos”, ansiedad excesiva, tristeza, depresión o apatía prolongada, pensamientos o declaraciones sobre suicidio o daño a otros, abuso de sustancias, cambios extremos de humor, ira excesiva, hostilidad o comportamiento violento.
Numerosas personas que tienen trastornos de salud mental consideran que sus signos y síntomas son parte normal de la vida o evitan el tratamiento por vergüenza o miedo. Con el apoyo apropiado se puede identificar afecciones de salud mental y recibir tratamiento apropiado como medicamentos o asesoría.