La verdadera celebración de la Navidad, es celebrar el nacimiento del niño Dios que vino al mundo en un humilde pesebre, sin lujos, mostrando su humildad y humanidad a los cristianos, sin embargo, esta celebración al paso del tiempo se volvió comercial, y ahora estrenar ropa, o realizar grandes fiestas rodean ese acontecimiento, por lo que el Padre Jorge Martínez Ruz de la Pastoral de Comunicación de la Arquidiócesis de Yucatán, dijo que esta pandemia le vuelve a dar el verdadero sentido a la Navidad: “Estamos celebrando una de las fiestas más importantes para todos los cristianos del mundo, el nacimiento de nuestro Salvador Jesucristo, como cada año este acontecimiento tan grande nos recuerda el plan de Dios para la vida del ser humano hacerse hombre entre nosotros, por eso cada Navidad celebramos la presencia de Dios con nosotros este año de manera especial vamos a celebrar una navidad muy austera muy particular por el tema de la pandemia que estamos sobrellevando y eso nos permitirá acercarnos un poco más a la verdadera Navidad a la Navidad original, al nacimiento de Jesús en una gruta en una cueva en un establo con sus padres únicamente, con unos pastores que fueron a verlo sin austeridad, sin grandes lujos sin grandes fiestas y es lo que estamos viviendo eso ahora”.
El Padre Jorge, expresó que este tiempo es para engrandecer la fe, esperanza, y amor para que en el 2021 se tenga la fortaleza necesaria para reconstruir la vida propia, el tejido social, y la economía ante la pandemia que se ha presentado: “No por tener la oportunidad de reunirnos con los amigos la familia extendida qué cada año hacíamos vayamos a sentirnos mal, sino que aprovechemos esta dificultad, esté aislamiento, para compartir con la familia nuclear y para que en esa intimidad y en ese silencio podamos recibir al niño Dios en nuestra vida para pedirle que, con mucha fuerza, nos robustezca en la fe, en la esperanza, en el amor, y podamos este año 2021 sobre llevar la pandemia que tengamos mucha fortaleza para seguir adelante y reconstruir nuestra vida, nuestro tejido social, nuestra economía nuestra fe en Dios y nosotros mismos”.