Luego de las medidas de aislamiento por la emergencia sanitaria, se diseñan protocolos y medidas de seguridad para la reactivación económica y social, que permanecerán vigentes.
“Es posible retomar las actividades con medidas de bioseguridad eficientes como se hizo en otras épocas con otros brotes epidémicos, lo que demuestra que la vida sigue después de las epidemias”, dijo el Dr. José Luis Sandoval.
El COVID-19 se convirtió en una emergencia sanitaria porque es altamente contagioso y ante la falta de vacuna y tratamiento específico, obliga a la población a seguir estrictas medidas de bioseguridad, es decir, conductas para disminuir riesgos en la sociedad.
“El autocuidado responsable es la forma adecuada de reducir riesgos de contagios para la seguridad de las familias”, aseveró el médico.
En los espacios públicos se requerirá desarrollar entornos seguros para mitigar pérdidas de vidas y crisis económica, siguiendo las medidas de forma responsable para regresar a la actividad de forma gradual cuando las autoridades sanitarias lo dispongan.
En las áreas concurridas se deberá vigilar la distancia social, además, de diversos tipos de mascarillas y el uso continuo del gel antibacterial, mencionó.
El ex presidente de la Asociación Mexicana de Bioseguridad añadió que seguirán las prácticas de higiene sanitizando los espacios de trabajo, lavarse la manos con agua y jabón, adoptar medidas al toser o estornudar cubriéndose la boca y nariz con el codo flexionando, evitar tocarse los ojos, la nariz y la utilizando gel, desinfectar las computadoras, teléfonos, manijas de puertas; se recomendará la sana distancia de un metro y medio, separando los lugares de trabajo y utilizando mascarillas de protección.
En algunos casos se deberán escalonar los horarios de los empleados o los días laborables para limitar el número de personas que coincidan en los espacios de trabajo, entre otras medidas de bioseguridad que se tendrán que adoptar para evitar el contagio de la enfermedad.