El nivel de exposición de odontólogos para contraer COVID-19 es alto en comparación con otras profesiones del ámbito de la salud, debido a la exposición física del dentista con sus pacientes,
“Hablando específicamente de ciencias de la salud, los dentistas muestran niveles de exposición más altos que otras profesiones por la cercanía con los pacientes, con excepción de quienes trabajan directamente en la atención de pacientes con COVID-19”, explicó el Odontólogo Carlos Aguilar.
El coronavirus modificó el estilo de vida de muchas personas incluso la atención sanitaria de odontología, fisioterapia, nutrición; todas las áreas de la salud, porque la mayoría de los servicios de las clínicas están volcados hacia el COVID-19.
“Pero eso no hace que los problemas de salud de otras áreas desaparezcan, siguen presentándose y debemos adaptarnos, cambiar la forma de atención hacia los pacientes odontológicos”, dijo.
Las clínicas y consultorios odontológicos son lugares seguros para la atención de la salud bucodental, pero hay evidencia genómica de la transmisión de infecciones en los consultorios dentales cuando ocurren fallas en los procedimientos para el control de infecciones.
El odontólogo está expuesto a virus y bacterias que los pacientes transportan y diseminan, en particular están expuestos a los aerosoles y salpicaduras que diversos procedimientos odontológicos que se generan en la boca del paciente.
Por la exposición a la saliva y sangre, la hepatitis B, incluso el VIH son un verdadero riesgo ocupacional para el cirujano dentista y su personal auxiliar. También, se documenta la exposición a bacterias resistentes a múltiples antibióticos.
La práctica de la odontología implica el uso de instrumentos rotatorios dentales y quirúrgicos como piezas de mano o raspadores ultrasónicos y jeringas de aire y agua, esos instrumentos crean un aerosol visible que contiene grandes gotas de partículas de agua, saliva, sangre, microorganismos y otros desechos.
La salpicadura viaja solo a corta distancia y se asienta rápidamente aterrizando en el piso y las superficies operativas cercanas al paciente. Las máscaras quirúrgicas protegen las membranas mucosas de la boca y la nariz de las salpicaduras, pero no proporcionan protección completa contra la inhalación de agentes infecciosos en el aire.
Un odontólogo, además de la saliva, está expuesto también a estornudos, que proyectan una nube de gas que viaja de 7 a 8 metros y contiene gotas que posiblemente propagan el Coronavirus; de ahí que las medidas de protección que sugiere el doctor Carlos Aguilar para el ramo odontológico sean la utilización de googles o una careta protectora transparente de acrílico para evitar que las gotitas y aerosoles salpiquen su cara.
“Es importante utilizar productos desechables como los gorros para la cabeza, cubrebocas de tela; respiradores o mascarillas con distintos filtros de protección, como la N95, que retiene 95% de las partículas que exhalamos. Hay que utilizar batas y guantes desechables. Recomiendo el zapato clínico de plástico para limpiarlo constantemente, que sea cerrado. El lavado de manos en el ambiente clínico hasta los codos, detalló.
También dio a conocer 8 filtros para no enfermar o contagiar a la familia en casa y en el consultorio: marcar el área de recibidor en la entrada como zona de filtro; remover zapatos, limpiarlos y dejarlos en la entrada; remover ropa exterior o uniformes clínicos, colocar en una bolsa para lavar diariamente; dejar bolso, mochilas, cartera, paquetes o compras en la zona y limpiar; dejar el móvil, gafas, llaves y limpiar; ducharse inmediatamente después; no tocar o saludar hasta haberse bañado y limpiar posteriormente el área de recibidor.