La obesidad y el sobrepeso son considerados unos de los principales problemas de salud que afecta a niños, jóvenes y adultos. Con el paso de los años desencadena enfermedades crónicas como: problemas cardiovasculares, hipertensión arterial y diabetes, que disminuyen la calidad de vida e incrementan el riesgo de muerte prematura entre quienes las padecen y quienes son propensos a virus como el Covid-19.
La alimentación registra un cambio importante en los últimos 60 años, aunque en Yucatán la prevalencia del sobrepeso y obesidad se elevó de forma considerable, así como el consumo de alimentos ultraprocesados. En la primera mitad del Siglo XX la alimentación se basó en productos locales y platillos regionales, pero a medida que pasó el tiempo se dio la transición en más de 30% los alimentos ultraprocesados.
Los alimentos procesados están presentes en las comunidades más alejadas, en las pequeñas tiendas de esos lugares, donde la gente puede adquirir esos productos, especialmente las bebidas altamente azucaradas, que sustituyen las bebidas naturales que se consumían años atrás”, resaltó el Profesor de la UADY Ángel Lendechy Grajales.
El nuevo etiquetado de advertencia en los productos debe contener información en forma veraz, clara, rápida y simple del contenido de los nutrimentos críticos y demás ingredientes que determine la autoridad sanitaria. La finalidad de la norma es ofrecer al consumidor información comercial y sanitaria del contenido que representa un riesgo para la salud en los productos alimenticios preenvasados.
Una ley que prohíba la venta a niños de alimentos ultraprocesados debe contar con el apoyo de las familias y escuelas para que obtenga buenos resultados en la disminución de los problemas nutricionales, advirtió la Profesora-Investigadora de la UADY, Odette Pérez Izquierdo.
Según estadísticas de 2012, la población infantil yucateca con sobrepeso y obesidad en zonas urbanas fue del 43.4% mientras que en el medio rural la cifra ascendió al 52%; sin embargo, se estima que esos porcentajes sean mayores, por el aumento del sedentarismo que se vive en los últimos años.
“Los padres de familia muchas veces son con los que debemos trabajar y apoyar para que puedan tener mayor conocimiento de los temas alimentarios y decidir una mejor dieta para los niños, porque son quienes adquieren y proporcionan los alimentos en casa”, añadió la investigadora.
Al legislar del consumo de alimentos ultraprocesados entre niños, también, se debe crear mejor conciencia en los padres de familia y en las cooperativas escolares, para ofrecer un menú saludable y que los gobiernos monitoreen que las acciones sean las correctas para la salud de los infantes.
Entre las principales afectaciones en niños que consumen con regularidad alimentos ultraprocesados conocidos como “alimentos chatarra” están enfermedades crónicas degenerativas como diabetes e hipertensión, entre otras, así como problemas de salud que acarrean triglicéridos altos.
Los niños y adolescentes con obesidad pueden recuperar su estado de salud óptimo con una sana alimentación, aprovechando la gran oferta de frutas de temporada que abundan en la región como son naranjas, mandarinas, mango, papaya, plátanos, entre otras.
Los niños y adolescentes con sobrepeso y obesidad deben recibir asesoría con profesionales en nutrición, que pueden apoyar con la creación de una dieta saludable no restrictiva para los infantes y jóvenes, porque están en proceso de crecimiento y desarrollo, lo que ayuda con mayor facilidad tener mejor estado físico.
Algunas personas diagnosticadas con obesidad y sobrepeso recurren a algunos procedimientos, uno de ellos, la implantación del balón intragástrico ajustable, que demostró ser el método no invasivo más efectivo y con menor riesgo para tratar la obesidad en los últimos 10 años. Más de 50 mil pacientes perdieron más de 18 kilos en los primeros seis meses de tratamiento, de modo, que combate el padecimiento y contrarresta enfermedades crónicas en el futuro.
El principal reto que se enfrenta es la malnutrición, que se convierte en un problema que afecta a la salud del ser humano en cada etapa de su vida. Además, afecta durante la infancia y tiene impactos que marcan por el resto de la vida, como tallas bajas y desarrollo insuficiente del sistema inmunológico y las personas se vuelven más vulnerables a enfermedades como el Covid-19.