Es importante educar desde una perspectiva más positiva y menos autoritaria
El Abuso Sexual Infantil (ASI) es una de las manifestaciones más severas de desigualdad que existen contra las mujeres, las niñas y los niños porque se evidencia las relaciones asimétricas de poder que existen, comentó la directora del Centro Estatal de Prevención del Delito y Participación Ciudadana, Joana Briceño Ascencio, quien participó con la charla “El Enfoque de la Igualdad y la prevención del Abuso infantil” como parte de la Jornada “Prevenimos en Familia nos cuidamos en comunidad”.
“El 60 por ciento de los casos se trata de un familiar, que suele ser el padrastro, el padre, el abuelo, los hermanos, los primos, los tíos. Es decir, es un hombre muy cercano a las víctimas. Esto complejiza muchísimo su detección y evaluación para los psicólogos-criminólogos, especializados en los peritajes, porque a la hora de evaluar el Abuso Sexual Infantil se complica porque la persona tiene un vínculo afectivo con el niño o la niña”, explicó.
La especialista en Prevención e Intervención de la Violencia señaló que el abuso sexual, al darse en el contexto familiar, las madres y las víctimas callan por el temor a las represalias, factores económicos y traumas dentro de los hogares.
“Suele haber educaciones machistas de mujeres dóciles, en donde se les han enseñado que así tienen que ser las cosas, no se pueden quejar, no tienen voz, no tienen voto y no pueden hacer nada para proteger a sus hijos”, abundó.
A esto, la mamá también enfrenta señalamientos de que debió proteger al niño y a la niña, olvidándonos de que ella también es víctima. “No debemos revictimisar, no sólo al menor si no también a sus fuentes o redes de apoyo porque la madre también tiene que pasar por un proceso para reeducarse para entender lo que está entendiendo”, añadió.
El enfoque de igualdad, señaló, ayuda muchísimo en la prevención del abuso sexual infantil.
Algunas formas de prevención son evitar juzgar a las mujeres por sus cuerpos y hacer comentarios al respecto cuando hay niños enfrente; las madres deben practicar el amor propio, la auto aceptación y enseñarlo a las hijas, ya que se les manda el mensaje de que la violencia no se debe permitir; no educar desde una perspectiva autoritaria, sino más positiva en la que los hijos desarrollen un sentido crítico y personal que los proteja, reflexionar sobre los estereotipos de género.
La especialista mencionó que es necesario hablar de sexualidad con ellos, empezar con lo más básico: nombrar de manera correcta los genitales del cuerpo, ya que esto es un factor de protección, y brindar un entorno de seguridad y confianza para que los niños y las niñas se acerquen con las que se sientan en la total confianza de hablar de una situación de abuso sexual.