Los maestros no conformes el día de ayer miércoles con cerrar la vialidad en la Avenida Miguel Hidalgo, este jueves a los profesores les importo poco la afectación que ocasionaron a miles de automovilistas y decidieron cerrar la avenida Itzaes, a la altura del Aeropuerto Internacional, impidiendo el paso inclusive a muchas personas que tenían que tomar sus vuelos en el Aeropuerto de Mérida.
Y es que, se notó que varias personas bajaban de sus taxis para correr y no perder sus vuelos, que implicaría tener problemas en sus trabajos y agendas diarias, por lo que muchos habitantes de la ciudad capital alzaron la voz y criticaron a los maestros, quienes además llevan varios días sin dar clases.
Entre las personas inconformes se pudo escuchar varios comentarios contra los maestros: “Las manifestaciones o protestas deberían hacerse en el lugar responsable donde está la «injusticia» que están viviendo.
Las demás personas no son culpables de eso. Yo como personal de salud los apoyo y entiendo, lamentablemente nosotros no podemos hacer eso y dejar a un lado el trabajo ya que hablamos de vidas”, señalo Daniela CQ.
“Las personas que están siendo perjudicadas unos por llegar tarde a su trabajo otros por las horas para poder salir del atorradero, transportistas con perecederos entre muchos otros daños, quien se hará responsable de los descuentos en el salario de empleados con retardos o de plano no los dejen entrar a laborar gente que pierde su vuelo quien será responsable del reembolso de ese boleto de avión, si por trabajo tenía que viajar. Muchos daños que no deben llamarse daños colaterales porque su derecho termina cuando afecta los derechos de los demás”, indicó, Gabriel Martínez.
Todo indica que su lucha ha perjudicado a un amplio sector de la sociedad meridana, perdiendo los orígenes de su lucha y utilizando al magisterio para sus fines personales, incluso hace dos días cuando se plantaron en la glorieta de la Dondé, afectaron a personas que requerían estudios médicos en al hospital Juárez, por lo que muchas voces se han alzado para recordarle a los maestros que los derechos de unos terminan donde empiezan el del otro.