Bajo el cobijo de cantos litúrgicos y acompañado de la imagen de San Juan Bautista que llega desde Abalá, Monseñor Mario Medina Balam entró al Salón Chichén Itzá del Centro de Convenciones Yucatán Siglo XXI, en donde se dispuso de un recinto para su ordenación episcopal.
Durante su paso, rumbo al recinto, se sintió el fervor y la gran devoción de los
yucatecos que, con aplausos, oraciones y cantos, recibieron a Monseñor Mario Medina, en su nombramiento como nuevo Obispo Auxiliar de Yucatán.
Cabe destacar el compromiso de los miles de yucatecos, quienes desde temprana hora se dieron cita para esta importante e histórica celebración eclesiástica que encabezó monseñor Joseph Spitieri, Nuncio Apostólico en México.
A esta celebración se sumaron 20 obispos, 200 sacerdotes, 25 diáconos y 5 mil fieles yucatecos, encabezados por su Arzobispo, Gustavo Rodríguez Vega.
Previo a su ordenación episcopal, Medina Balam ofreció una conferencia de prensa en la que mencionó que su trabajo sacerdotal estará regida bajo el lema «el oficio del buen pastor es la caridad».
“Para que un obispo sea un buen pastor, tiene que participar de la caridad de Cristo”, recalcó.
Se hizo hincapié en que la solicitud para el obispo auxiliar provino directamente de Monseñor Gustavo Rodríguez, para que lo auxilie en futuras actividades y encomiendas.
Al inicio de la celebración el ahora monseñor se puso de rodillas ante Monseñor Gustavo y realizó sus votos simbólicos en los que prometió velar por la unidad de la iglesia universal y enseñar a todos las verdades que se deben creer.
El siervo elegido en conjunto de sus prebisteros destacó en dicha celebración episcopal que cumplirá el ministerio, se mantendrá siempre vigilante para que no se introduzcan malos usos en la palabra. Pondrá atención en los bienes de la iglesia, atendiendo a los sacerdotes y religiosos de la misma acción pastoral
Monseñor Mario Medina destacó la voluntad para el trabajo de la vocación espiritual y el cuidado para las obras misionales en la evangelización de los pueblos.
Casi al terminar se realizaron las peticiones correspondientes para que el trabajo episcopal del sacerdote se rija bajo las leyes de la iglesia.