Si la Nueva Escuela Mexicana, que se impuso a la fuerza, da los resultados que en teoría deben conseguirse, eso quedaría demostrado al presentar la prueba PISA con sobresaliente. Pero, si es al contrario también quedará patentado en dicha evaluación. Ya sea de un lado o del otro, es necesario que México participe en esa medición, opinó Elías Dájer Fadel, presidente de la Asociación Mexicana de Escuelas Particulares en Yucatán.
–¿Por qué la negativa del gobierno mexicano? –cuestionó. La suspensión definitiva de México en ese ejercicio nos parece enormemente negativo porque para poder corregir es necesario medir cómo estamos avanzando de un año a otro.
“La única hipótesis que pudiera ser es no querer conocer, de manera clara, cuál es la situación educativa del país. Definitivamente esto es muy grave”, comentó. “Sabemos muy bien que, por los resultados de la última prueba, estamos en una situación deficitaria en comparación con el resto del mundo”.
Dájer Fadel reconoció que alejarse de esta prueba, que cubre los estándares internacionales, es “como dar palos ciegos, no saber cuál es el rumbo que se toma en materia educativa”.
La prueba Pisa originalmente se aplicaba en 20 países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), es decir, las 20 economías más avanzadas.
En los últimos años, países de Sudamérica, Asia y África han ingresado a la prueba para conocer sus niveles de estudios. “El problema con nosotros, es que incrementamos y mejoramos nuestros resultados de una manera marginal, pero aumentamos la calidad educativa.
“Sin embargo, en la última prueba Pisa, realizada en 2022, tuvimos un retroceso de nueve puntos en Español y 14 en Matemáticas. Esto nos coloca a niveles de 2002, en lugar de avanzar presenta un retroceso y más nos llama la atención que la SEP estableció un programa sin que se cubrieran los requisitos normados por la ley, se aplicará a la fuerza en todo el país y no se quiera medir todos los resultados”, comentó.