Cuando se observó este gigante de 226 kilómetros de diámetro por primera vez en 1852, los astrónomos creían que podía tratarse de un planeta mal formado, que nunca se logró integrar adecuadamente a un sistema solar. Luego se dieron cuenta de que estaba conformado casi en su totalidad por metal. Tiempo después confirmaron que era un asteroide, y lo nombraron Psyche. Hoy saben que podría valuarse en una cifra astronómica al menos 70 mil veces mayor que el valor total de la economía global.
Un asteroide muy bien valuado
Hace un par de años, la observación astronómica determinó que Psyche podría ser el núcleo entero de un planeta que no terminó de formarse. De ahí, asumían, se podría explicar su constitución casi enteramente metálica. Después de un análisis más cercano, sin embargo, los astrofísicos de la NASA determinaron que no era más que una pila de escombros cósmicos.
Según un estudio publicado en Planetary Science Journal, el asteroide está compuesto “82.5% de metal, 7% de piroxeno con bajo contenido de hierro (minerales formadores de rocas) y 10.5% de condrita carbonácea”.
Sin embargo, la combinación que posee Psyche de hierro, niquel, platino y oro le dan un valor en un valor de aproximadamente 10 mil cuatrillones de dólares. Para poner en contexto tal cifra, unas 70 mil veces mayor que el valor total de la economía global.
En aras de encontrar más información con respecto a su origen y composición, la NASA planea lanzar una misión nombrada en honor al asteroide metálico: Psyche 16. En ésta, intentarán aproximarse lo más posible al asteroide, ubicado entre Júpiter y Marte.