Unos de los sectores de la población que más resienten los efectos económicos de la contingencia sanitaria es el de los adultos mayores, debido a que son vulnerables a la enfermedad.
Por disposiciones de las autoridades sanitarias, los adultos mayores no pueden estar al frente de los “tendejones” para evitar contagios que pondrían en riesgo su salud. Aunque con la reactivación económica de la Ola 1, las tienditas de las esquinas incrementaron sus ventas hasta 50% por la movilidad de mayor número de personas, la nueva disposición y los incrementos que registraron algunos productos, incluso, de la canasta básica las pone en desventaja.
La disposición de proteger a los adultos mayores, también, afectaría a los albañiles mayores de 60 años quienes dejarían de laborar, lo que representaría un duro golpe para los asociados del Sindicato de Alarifes, que encabeza Bernabé Chan Castañeda. A ese problema, se suma otro, la retención de sus unidades donde se transportan por las autoridades de tránsito.
De los 6 mil agremiados, el 60% carece de medios de transporte, por eso, se utilizan vehículos para trasladarlos a las obras, pero a últimas fechas la policía retuvo diversos vehículos, con el consiguiente perjuicio económico para los alarifes. Algunos otros albañiles utilizan el transporte público, que es un aliciente para ese sector económico.
En los mercados de la ciudad, tampoco se permite la entrada a los adultos mayores ni para vender, ni para comprar productos, lo que repercute en la economía de los locatarios, cuyas ventas continúan desplomadas, pues algunos giros comerciales como la venta de alimentos preparados y carne cayeron hasta 80%.
Los operadores de autobuses urbanos también enfrentan problemas económicos, porque desde que comenzó la pandemia la ocupación disminuyó 90%, el primer golpe que recibió el sector fue la suspensión de las clases y aunque casi se paralizó la movilidad social, las unidades continuaron trabajando, según Xavier Rodríguez, líder de la Alianza de Camioneros de Yucatán. Aunque la reactivación económica ayudó a incrementar 50% la ocupación de los camiones, no es suficiente para cubrir los gastos de operación.
Otro sector que comienza a reactivarse es el transporte de pasajeros foráneos, que luego de que prácticamente se paralizó durante tres meses la movilidad se incrementó alrededor del 20%. Por la pandemia, se canceló el 90% de las reservaciones y ahora las personas que utilizan el servicio son trabajadores, según el representante de la CANAPAT, Eduardo Córdova Balbuena. A la fecha todavía no se reciben turistas en la terminal de autobuses.
En tanto, el sector pesquero sigue dando tumbos, pues la captura de langosta inició con incertidumbre porque los pescadores yucatecos no saben si encontrarán el recurso debido a que hubo pesca furtiva, informó el presidente de la Federación de Cooperativas Pesqueras del Centro y Poniente de Yucatán, José Luis Carrillo Galaz. Aunque se abrieron un poco los mercados de la Riviera Maya, Estados Unidos y Europa, se tiene la esperanza de vender el producto. La meta es que los mil 300 pescadores que laboran en lanchas y barcos de mediana altura obtengan 700 toneladas del recurso, cuyo precio alcanzó los 670 pesos el kilo en la temporada pasada.